La presidenta de la delegación socialista en el Parlamento Europeo, Iratxe García, aseguró ayer en Burgos que la única alternativa «responsable» que puede cambiar el rumbo de Castilla y León es la del Partido Socialista, la formación que tiene en mente medidas «para solucionar la vida de las personas, devolver la confianza en la política a los vecinos y promover servicios sociales para una gran mayoría».
García se desplazó hasta la capital burgalesa para arropar al candidato a la Alcaldía, Daniel de la Rosa. En un sencillo acto celebrado en una cafetería del céntrico Paseo del Espolón, indicó que es necesario desterrar al PP de la Comunidad autónoma y de los ayuntamientos de las provincias «porque las personas se merecen unos alcaldes y un presidente comprometidos con el cambio seguro».
En el ecuador de campaña electoral, que a partir de hoy inicia la segunda mitad con la mente puesta ya en la cita con las urnas del próximo domingo día 24, declaró que es necesario «seguir trabajando» en aras a explicar esa alternativa que busca devolver el poder a los ciudadanos y sus derechos.
En la misma línea, Daniel de la Rosa aseveró que «hay miles de burgaleses que piden un cambio a gritos» que acabe con esa falta de sensibilidad de la que «hace gala el Partido Popular». Por ello, De la Rosa se compromete a asumir los problemas de la gente «y de una generación que pide una oportunidad para quedarse en Burgos y en Castilla y León».
En cuanto a las medidas que el candidato socialista se compromete a realizar en el centro histórico declaró que la «más inmediata» será la de revitalizar los viejos locales que llevan años esperando un inquilino. Por ello, cree necesario un cambio que ponga en valor el patrimonio cultural y la vida de los comercios y el sector hostelero de esta zona.
Asesoramiento público.
«Tenemos la intención de mediar para recuperar estos establecimientos a través de un servicio de asesoramiento con posibles emprendedores», explicó Daniel de la Rosa. Esta medida pondría en contacto a los nuevos empresarios con los actuales arrendatarios para fomentar la ocupación de los locales a los que la crisis ha provocado un alto índice de abandono.