Ni el Ayuntamiento de Aranda de Duero ni la corporación pedánea del barrio de Sinovas parecen dispuestos a correr riesgos con el mantenimiento en perfecto estado de uno de los principales valores patrimoniales de la localidad, la iglesia de San Nicolás de Bari y el espectacular artesonado mudéjar que conserva en su interior, declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento en 1964.
Por ello, se están dando los pasos necesarios para llevar a cabo un tratamiento preventivo anti carcoma y contra animales xilófagos que prevenga la futura aparición de estos temidos insectos, cuya actuación podría resultar nociva para este impresionante inmueble. «Se trata de un proyecto de prevención. Consistiría en aplicar un tratamiento anti carcoma y contra insectos», explica Celia Bombín, concejala de Cultura arandina.
Un informe técnico elaborado por la arquitecta municipal apuntaba ya la necesidad de acometer una actuación de estas características. Y es que, aunque en estos momentos no se tiene constancia de la existencia de ninguna plaga, y de hecho no hace tanto tiempo, dentro de las labores propias de seguimiento de cualquier actuación llevada a cabo por la Junta los técnicos autonómicos descartaron su presencia, si se esperase a que apareciera algún vestigio para intervenir podrían producirse ya daños de difícil reparación.
SOLICITUD DE SUBVENCIÓN. Se ha realizado ya una memoria valorada que prevé un gasto cercano a los 47.000 euros para la aplicación del tratamiento. Una cantidad que, como ya informó Diario de Burgos la semana pasada, se espera obtener de la Junta de Castilla y León a través de una subvención que ya se ha solicitado. De todas maneras, insiste la responsable municipal de Cultura, como la actuación tendrá que salir a pública licitación es posible que la cantidad necesaria sea posteriormente menor.
Esta actuación llega tres años después de que la Administración regional acometiera una restauración integral en el templo de Sinovas que permitió, además de acondicionar y rehabilitar su estructura, recuperar algunos elementos arquitectónicos que se habían perdido con el transcurrir de los años, como el atrio cubierto.
De todas formas, afirma Bombín, ambas intervenciones no tienen por qué dar por concluidas los trabajos que se lleven a cabo en San Nicolás de Bari ya que «no descartamos para nada todo aquello que contribuya a mejorar cualquier monumento o bien que tengamos en Aranda. Al contrario, debemos insistir para conseguir que se mejore todo lo que tengamos».
En este sentido, un proyecto que podría emprenderse en un futuro estaría relacionado con la instalación de algún tipo de iluminación artística que realce el artesonado y permita apreciar con todo detalle la riqueza de sus figuras. De todas maneras, puntualiza la edil arandina, es una iniciativa para la que no se cuenta aún con partida presupuestaria ni proyecto.