También llegó la primavera al Castillo, que ha reabierto sus puertas tras varias semanas cerrado por motivos que nadie en la ciudad ha llegado a comprender porque las explicaciones de la concejala responsable, Carolina Blasco, no llegaron nunca. Sin embargo, la fortaleza burgalesa, convertida en un importante reclamo turístico desde hace muchos años, ya puede visitarse de nuevo. El único problema es que los visitantes que se dejen caer por allí no tendrán oportunidad de que alguien se lo enseñe y se verán obligados a recorrer sus estancias al albur y sin explicaciones de primera mano salvo los hitos informativos que existen en distintos puntos de la barbacana. Más en la edición impresa o aquí.