El resultado refleja perfectamente lo ocurrido sobre la pista del Coliseum. 56 puntos de diferencia que expresan con claridad meridiana la enorme diferencia entre el San Pablo y el cuadro chino del Shenzhen Leopards, que iniciaba en Burgos su gira española.
Sin jugadores de la NBA y con la lesión en una mano de su torre, Li Mu hao, el bloque asiático fue un juguete en manos de un San Pablo, mucho más sólido y más acoplado. Opusieron algo de resistencia en la primera parte (62-42) para terminar totalmente impotente y desorientado en la segunda (129-73).
Lo mejor del primer encuentro de pretemporada del San Pablo, el trabajo de sus jugadores. La pareja de bases, Bruno Fitipaldo y Ognjen Jamaraz, promete mejor baloncesto que la de la pasada campaña. Dirección, serenidad frente a explosividad y ambos con puntos en las manos. En el juego exterior, Vlatko Cancar sigue como terminó: inmenso. La lucha y la ambición de Álex Barrera y Álex López brillan con luz propia sobre la pista del Coliseum y el americano Branden Frazier, muy bien en ataque. En el juego interior, el San Pablo también promete espectáculo. La aportación del ucraniano Slava Kravtsov será muy grande en intimidación y rebote.
Un buen bloque, que ha ensayado con los Leopards a la espera del partido de presentación frente al campeón de Europa, el Real Madrid.