«Nos atacó porque no accedí a tener relaciones sexuales"

B.D.
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Gabriela, la madre de la pequeña que murió tras ser lanzada por una ventana de un piso en Vitoria, cree que el acusado, actuó herido en su «orgullo». Daniel M. dice que arrojó a Alicia porque tenía que acabar con «la semilla del mal»

Con el dolor grabado en su joven rostro y sin poder contener el llanto durante los casi 60 minutos que duró su declaración, Gabriela O., la madre de la bebé de 17 meses que murió al ser arrojada por una ventana de un piso en Vitoria el 25 de enero de 2016, aseguró que el acusado de estos hechos mató a su pequeña e intentó hacer lo mismo con ella porque esa noche se negó a tener relaciones sexuales con él.  «No existe otro motivo. Nos atacó porque pasé de él y al no acceder a lo que quería, le toqué su orgullo», zanjó con la voz entrecortada en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Álava contra el encausado, Daniel M., un profesor de saxofón del Conservatorio de Vitoria al que conoció a través de una red social unas cuatro semanas antes del crimen.  Con esta escueta frase, Gabriela, que en el momento de los hechos tenía 18 años y vivía en Burgos con Alicia -su bebé-, su madre y su hermana, desmontó la versión del acusado, que atribuyó su reacción a una supuesta enajenación mental.La joven, que pidió a la Sala que se colocara un biombo frente a Daniel para preservar su estabilidad emocional (algo que logró a duras penas), señaló que él se comportó con «normalidad» en todo momento tanto el día previo como en las horas anteriores al suceso. «Nos conocimos a través de Meeting.

Por su parte, Daniel M.,  el profesor de saxofón acusado de asesinar a la bebé burgalesa de 17 meses,  se presentó  como 'un ángel blanco' pero vestido de negro en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Álava. Daniel, que arrancó su declaración cabizbajo, con la mirada perdida en el suelo y las manos casi permanentemente entrelazadas, intentó convencer al jurado y al magistrado de que aquella noche del 25 de enero de 2016 no estaba en sus cabales y atribuyó su comportamiento a una supuesta enajenación mental que le hizo percibir «la semilla del mal» en la pequeña Alicia y en su madre Gabriela, a la que también intentó matar.

 

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