Exhibición en el Mortirolo

Agencias / Aprica (italia)
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Mikel Landa se lleva el triunfo y Alberto Contador amplía su ventaja sobre el italiano Aru

El español Mikel Landa (Astana) se impuso ayer en la decimosexta etapa del Giro de Italia, transcurrida entre Pinzolo y Aprica sobre 174 kilómetros, y que tuvo como claro protagonista el mítico Mortirolo y a un Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) que protagonizó una exhibición para reforzar su ‘maglia rosa’ sobre Fabio Aru (Astana).

A los últimos kilómetros llegaron en cabeza los tres y el holandés Steven Kruijswijk, pero fue el vasco quien, viendo que Aru perdía mucho tiempo (se dejó 2:51), se fue en busca del triunfo en solitario, el segundo consecutivo tras su victoria del pasado domingo, y ya es segundo en la general, a 4:02.

En el Mortirolo, donde en su momento se lució Marco Pantani, inscribió su nombre con honores Alberto Contador entre la nómina de ‘grandes’ que han triunfado en sus rampas. Llegó con 51 segundos perdidos respecto al italiano al pie del gigante y, en la cima, le sacó 1:51, en una subida espectacular, como si de una cronoescalada se tratara, pues no tuvo la ayuda de nadie. En cambio, su gran rival, mientras aguantó, tuvo a un enorme Mikel Landa.

Y es que el vitoriano emuló los primeros duelos entre Chris Froome y Bradley Wiggins en el Tour de Francia, cuando el primero era el escudero, pero iba mucho más fuerte que su líder. Esta vez, el corredor vasco explicó que fue el transalpino quien le dijo que se fuera, pues él no podía.

No obstante, parecía que sería Aru quien lo tenía todo a favor. Por un problema mecánico en el descenso de Aprica, en el primer paso por el puerto de tercera donde finalizó la etapa, Contador perdió contacto con el grupo de favoritos, pero supo hacer sufrir a su compañero Kreuziger, el único que tenía, con la intención de que la diferencia respecto a Aru no fuera insalvable. Y no lo fue, pues en cuanto llegó a los pies del Mortirolo, el de Pinto emprendió su ‘crono’ y se fue comiendo a miembros de la fuga del día, así como a integrantes de un pelotón cada vez más mermado.

En la subida al Mortirolo, el líder fue dando cuenta de muchos y fijándose solo en su meta, alcanzar al italiano del Astana. El español tenía 2:35 sobre Aru al inicio de la etapa, y el transalpino tenía una ventaja de 2:11 sobre su compañero Mikel Landa, ganador de la etapa anterior en Madonna di Campiglio. Al final, con el vasco aguantando la rueda del madrileño en todo momento, ascendió desde la cuarta posición hasta la segunda en la general. Ambos, junto a Kruijswijk, llegaron a la cima juntos y ya no se separaron hasta los últimos kilómetros.

La llegada a Aprica, la definitiva, se hizo más dura, pese a que las rampas más complicadas, de hasta el 15 por ciento, estaban al principio de un puerto largo, pero pendiente suave. El trío mantuvo por encima del minuto a otro, con Trofimov, Hesjedal y Amador, mientras que Aru volvió a rodar solo. Y es que una avería también afectó al jefe de filas del Astana en la bajada y le dejó solo ante el peligro.

De cara a hoy, la decimoséptima etapa transcurrirá entre Tirano y Lugano sobre 134 kilómetros, una jornada corta y llana con el Teglio, de tercera categoría, como único paso montañoso. Será una nueva oportunidad para las fugas o para un posible triunfo al sprint. De no pasar nada, será un descanso para los hombres de la general tras la dura etapa de ayer.