Diego Simeone es uno de los entrenadores más reconocidos del momento, pero su éxito va mucho más allá de los logros tácticos: el técnico del Atlético de Madrid es un forjador de estrellas.

Saúl Ñíguez es el último ejemplo. A sus 21 años, el centrocampista español vivió el pasado miércoles su noche de gloria al marcar el único gol del triunfo 1-0 ante el Bayern de Múnich que acercó a los rojiblancos a la final de la Liga de Campeones. Y qué gol. Inmediatamente, la jugada fue calificada por los medios como «maradoniana» y de tanto «antológico».

El ilicitano es el último prodigio forjado por el argentino, un futbolista que esta temporada está viviendo el año de su consolidación. Tanto es así que es uno de los nombres más reclamados para estar en la Eurocopa de Francia 2016.

Si una de las virtudes de un entrenador debe ser sacar el máximo rendimiento de sus jugadores, el preparador ‘colchonero’ dobla la apuesta: muchas veces parece extraer el 200 por ciento.

Antes que Saúl fueron hombres como Juanfran, Koke, Filipe Luis, José María Giménez, Diego Costa. Todos ellos explotaron con el ‘Cholo’ hasta convertirse en estrellas de talla mundial y futbolistas consolidados en sus respectivas selecciones.

También se podría añadir a la lista Antoine Griezmann, quien apunta a titular en la Eurocopa, y Augusto Fernández, que llegó al Manzanares en enero y que ya es titular indiscutible.

El bonaerense no solo es capaz de sacar lo mejor de los jóvenes, sino también de los veteranos. Un ejemplo claro es Fernando Torres, quien, tras una larga travesía por el desierto, recuperó en los últimos meses su viejo brillo y también suena su nombre para la lista de Del Bosque, algo impensable hasta hace muy poco.

Otro ejemplo de cómo revaloriza Simeone a sus futbolistas es Filipe Luis. El Atlético lo fichó en 2010 por 12 millones de euros y lo vendió al Chelsea en 2014 por el doble de dinero. En el conjunto inglés apenas tuvo oportunidades y jugó muy poco. El bloque rojiblanco lo volvió a recuperar esta campaña y recuperó su nivel.

Pocos hay como Simeone para mantener tan motivados y concentrados a todos sus futbolistas. Cualquiera puede llegar y quedarse, si responde a la exigencia.

Un detalle alumbra el vuelo de los madrileños y la influencia de su entrenador en el juego. El Atlético resolvió su anterior eliminatoria de Champions, y nada menos que ante el Barça, con la pareja de centrales compuesta por Godín y Lucas, un joven que se llevó los máximos elogios. Y ante el Bayern, el argentino alineó a Savic y Giménez como centrales, manteniendo intacto el nivel.

No hay duda de que, como buen exfutbolista, Simeone sabe cómo es el ego del jugador y cómo debe tratarlo para maximizar su rendimiento.