El coordinador de VIH/sida en el Hospital Universitario de Burgos, Juan Francisco Lorenzo, aseguró ayer que es necesario que se normalice en Atención Primaria la realización de la prueba para conocer si una persona tiene esta enfermedad. A su juicio, si esta práctica se generalizara en la población de entre 15 y 65 años el diagnóstico se haría más precozmente y los pacientes obtendrían más beneficio de los tratamientos, el coste sanitario de su atención sería menor y habría una tercera consecuencia de calado en el ámbito de la salud pública y es que se evitarían en gran medida las transmisiones.
«La mejor prevención de la enfermedad sería que todas las personas con VIH/sida estuvieran diagnosticadas cuanto antes y en tratamiento, lo cual no quiere decir que se olviden las prácticas seguras como el uso del condón», explicó el internista y experto en infecciones, que se acaba de reunir con los coordinadores de los centros de salud urbanos para iniciar unas charlas formativas a los médicos de Atención Primaria con el objetivo de que incluyan «y normalicen» la prueba del sida en los estudios que habitualmente hacen a sus pacientes. Lorenzo explica que en Medicina «es importante pensar en una enfermedad para diagnosticarla», por lo que resulta interesante que sus colegas de Primaria tengan en cuenta no solo a una cierta población diana de la que se puede sospechar que tenga VIH/sida como las personas con problemas de adicciones a drogas por vía intravenosa sino que «abran el abanico».
Algunas de las reticencias que pueden plantearse tienen que ver con la legalidad de tal prueba. Lorenzo es tajante: Se trata de un acto médico completamente legal, «como pedir pruebas de colesterol o triglicéridos». En este sentido, precisó que donde se ha producido algún problema de confidencialidad es en los exámenes médicos de empresa «porque se han dado casos en España en los que se ha despedido a personas tras saber que tenían VIH/sida a través de los análisis del reconocimiento realizados en el lugar de trabajo».
El coordinador lamentó que hasta el 50% de los diagnósticos lleguen tarde porque los pacientes se encuentran ya «severamente inmunodeprimidos y puede que el tratamiento tenga una eficacia menor y aparezcan más complicaciones».
Las sesiones formativas que se van a celebrar ahora son una continuación de las que se formalizaron en 2011. «No creo que fuera una casualidad que tras dar estas charlas de sensibilización diagnosticáramos más casos que en años anteriores», reflexiona Lorenzo, quien pidió también a los pacientes que no se extrañen ni se alarmen cuando su médico de cabecera les sugiera esta prueba.