El 30% de juicios penales se suspende por incomparecencias

I. ELICES
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Los descuidos de los testigos o acusados a la vista oral, e incluso el miedo a posibles represalias, están detrás de la gran mayoría de las cancelaciones registradas

La Justicia es lenta, sí, pero en muchos casos el sistema no tiene la culpa, la tienen los administrados. La suspensión de juicios es uno de los fenómenos que más contribuye a ralentizar el ritmo de trabajo en los juzgados de la jurisdicción penal y, la mayor parte de las veces, se debe a que testigos clave en los procedimientos e incluso los mismos acusados no se presentan a las vistas orales. En ocasiones a los funcionarios les ha sido imposible dar con ellos porque no han comunicado un cambio de residencia o, simplemente -en el caso de los imputados- porque no les interesa informar de su domicilio. Pero en la mayor parte de los supuestos las citaciones llegan en perfectas condiciones a sus destinatarios, y bien por descuidos o bien por miedo a posibles represalias por alguna de las partes, los testigos terminan por no presentarse en el Juzgado correspondiente.

El número de vistas orales canceladas al cabo del año no es nada desdeñable. Un 30% de los juicios programados en los órganos penales de Burgos -1.134 de un total de 3.739- no se celebran en la fecha señalada, según los últimos datos dados a conocer por la Fiscalía de Burgos.

Es en los juzgados de lo Penal -los tres de Burgos capital- donde más juicios se suspenden, un 36% del total, 615 de 1.672. En los de Instrucción el porcentaje desciende a un 25% -496 de 2.001- debido a que en estos órganos es donde se celebran los denominados juicios rápidos, que se programan a los pocos días de producirse el delito. Hay pocos testigos y a nadie se le olvida porque el hecho acaba de ocurrir. En la Audiencia se cancelan el 34%.

La anulación de juicios crea numerosas incomodidades a quienes participan en los mismos, pero a la vez contribuye a hacer más lenta aún a la Justicia. Porque los funcionarios tendrán que volver a hacer el mismo trabajo «para citar a todos los testigos y acusados y porque habrá que buscar otra fecha en la atestada agenda de jueces y abogados», señala Daniel García, abogado penalista burgalés. La resolución de un asunto penal se dilata tanto en el tiempo que las víctimas no sienten reparado su daño y, si el imputado resulta ser inocente, la tardanza en verlo por escrito no le compensa por el tiempo en que se ha sentido condenado.

Ángel de la Fuente, letrado especialista también en la jurisdicción penal, indica que las causas de suspensión «son numerosas, desde la incomparecencia de testigos y acusados, hasta el retraso en la llegada de pruebas o peritajes».

 Las vistas «no se pueden celebrar sin los imputados cuando las penas que se solicitan para ellos son superiores a 2 años de cárcel», afirma García. Así que si no acuden no queda otra que esperar a que estos aparezcan. Cuando se enfrentan a condenas menores de 24 meses de prisión entonces sí se puede oficiar el juicio sin ellos presentes y, en muchos casos, así se terminan desarrollando.

Asimismo, hay testigos que son esenciales para la celebración de un juicio. Cuando el funcionario pasa lista en el pasillo de los juzgados para tomar los DNI de los declarantes citados y falta uno, ha de comunicarlo a la sala. La partes -acusaciones y defensas- «discuten sobre la posibilidad de continuar adelante sin su testimonio y si una de ellas considera fundamental su presencia, hay que suspender», advierte De la Fuente.

¿No les ocurre nada si no acuden? La Ley dice que sí, que se enfrentan a multas que pueden alcanzar hasta los 500 euros. Los juzgados, en ocasiones, sí que advierten por escrito a los testigos ausentes de que puede recaer sobre ellos una sanción económica. Pero normalmente se les dice que si acuden a la próxima vista que se fije no habrán de pagar nada.

La oficina judicial de Burgos ha estudiado en algunas épocas enviar un recordatorio mucho más próximo al día de la vista oral, con el fin de que todo el mundo se acuerde de asistir. Incluso se habló en su día de la posibilidad de enviar mensajes de móvil, pero la idea no cuajó.

vistas con antelación. Cada juzgado penal de Burgos lleva un ritmo de trabajo. Así, el que más al día está es el número tres, que está programando vistas orales a siete meses vista, para el 19 de febrero de 2019. Es decir, que desde que llega la causa al órgano hasta que se fija la fecha de la vista transcurren siete meses.

En el número 2 los señalamientos son para el 19 mayo del próximo ejercicio y en Penal 3, para el 19 de junio, según la información que facilitó la Oficina Judicial de Burgos. Eso sí, las causas con preso y las de violencia contra la mujer tienen preferencia y «se les busca hueco lo antes posible». En Instrucción apenas hay demora, porque los juicios rápidos se celebran a los pocos días e incluso horas de cometerse el hecho. Y en la Audiencia Provincial se está señalando a tres meses vista.