La sonrisa del congreso

I.L.H. / Burgos
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Los 53 estudiantes de la Universidad de Burgos que colaboraron como voluntarios en el encuentro de la UISPP reciben diploma, escultura y placa en reconocimiento a su labor

Los voluntarios de la Universidad de Burgos posan con su diploma delante de la placa que recuerda sus nombres. - Foto: DB

Andrea García y Beatriz Rubio, de 30 y 32 años respectivamente, se apuntaron como voluntarias en el XVIICongreso Mundial de la Unión Internacional de las Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas (UISPP) «para aprender y hacer contactos». Lo primero fue inmediato; para lo segundo todavía es pronto, aunque están seguras de que obtendrán resultados. Durante la semana que duró el congreso les tocó controlar las salas de las ponencias, recibir a los congresistas, orientar a los participantes, facilitar su estancia en la ciudad, echar una mano con los ordenadores y hacer todo lo que estuviera en sus manos para que el congreso resultara un éxito, también en hospitalidad.

Esas fueron sus funciones y las de otros 45 voluntarios de la Universidad de Burgos. Los otros seis se encargaron de grabar 29 sesiones científicas y cinco conferencias magistrales. Su trabajo, que realizaron «siempre con una sonrisa» según destacaron los organizadores, fue ayer reconocido en un acto de agradecimiento en el Museo de la Evolución Humana.

«Es justo que se reconozca a quienes han hecho una contribución impagable a una buena causa. Las cosas grandes las hacen personas con nombres y apellidos y cuando una sociedad sabe agradecerlo es que valora lo que han hecho», argumentó Juan Luis Arsuaga antes de anunciar la colocación de una placa con sus nombres en la planta -1 del MEH.

Junto al codirector del Equipo de Investigación de Atapuerca y director del MEH se hallaban arropando a los voluntarios el presidente de la Fundación Atapuerca, Antonio Miguel Méndez Pozo; el secretario general del congreso y codirector de Atapuerca, Eudald Carbonell; el rector de la UBU, Alfonso Murillo, y el delegado de la Junta, Baudilio Fernández-Mardomingo.

El presidente de la Fundación Atapuerca, que valoró el esfuerzo desinteresado de personas como  Andrea y Beatriz, destacó los excelentes resultados del congreso «por el prestigio de Atapuerca, que lo hizo posible», mientras Eudald Carbonell reconocía que el éxito de este encuentro que llevaba 60 años sin celebrarse en España había sido «de la propia ciudad de Burgos».

Además de la placa con los 53 nombres, la Fundación Atapuerca les hizo entrega de un diploma nominativo y de una escultura del artista Óscar Martín (similar a la que recibió la reina) que custodiará el propio museo.