Las deudas de los difuntos doblan las renuncias a heredar en Burgos

G. Arce / Burgos
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En las notarías de la provincia se registraron el año pasado 204 casos de negativas a hacerse cargo de ellas, frente a los 95 contabilizados en 2007, antes de la crisis económica

Herencias envenenadas han existido siempre, pero no tanto como hasta ahora. Y no precisamente porque haya aumentado la mala  fe o el ánimo de venganza de los difuntos sino porque, por lo general, estos no gozaron de los años  suficientes para solventar las deudas que generaron en vida antes de transmitirlas a otra generación. Es este pasivo, por lo general vinculado a inmuebles y también a empresas, el que ha duplicado la cifra de renuncias a herencias en los últimos años, pasando de las 95 que contabilizaron los notarios en Burgos en 2007 a las 204 del pasado año. La misma tendencia se registró a nivel regional y nacional, con crecimientos por encima de 100%, hasta alcanzar las 23.228 el total de renuncias el pasado año.

Casos hay muy variados, aunque siempre hay deudas que afrontar detrás de todos, y a veces se presentan de la manera más retorcida y espinosa. Tal y como detalla María Teresa de la Fuente, decana del Colegio de Notarios de Castilla y León, de entrada uno puede pensar que el fallecido ha dejado la hipoteca de su casa sin pagar, aunque puede también que éste haya avalado un préstamo a uno de sus herederos cuando compró su casa y el resto -por lo general hermanos- no quieran saber nada del aval hasta que el beneficiario se haga cargo del mismo. También se heredan negocios familiares, en vida del difunto prósperos, pero ahora lastrados por un largo listado de acreedores, muchas veces oculto.

De aceptar esa herencia sin más, los herederos responden de la misma no solo con los bienes heredados sino con su propio patrimonio. El problema de fondo, y más ahora, es que no hay liquidez suficiente para aceptar esta carga sin verse arrastrado por ella.    

«Es una problemática creciente y, ante ella, los notarios reiteramos que hay otras soluciones en vez de la renuncia, como la aceptación de herencia a beneficio de inventario, con lo cual, de las deudas del causante responde los propios bienes del causante y no los herederos», explica De la Fuente, quien reitera la conveniencia de buscar el asesoramiento profesional ante esta tesitura. Básicamente: se realiza inventario de los bienes y deudas que se van a heredar, con citación de los acreedores. Con los bienes se pagan a éstos y, si algo queda, es para los herederos(añadiendo cargas fiscales y costes de notaría, entre otros).

Jaime Sanz, de Safe Abogados, añade que hay 6 meses de plazo para aceptar o rechazar una herencia. «Siempre hay que aceptarla a beneficio de inventario porque no es fácil averiguar las deudas de un señor, que en muchos casos aparecen ocultas». Sanz matiza que, en caso de acumular mucha deuda, antes de transmitirla, «es mejor donar en vida los bienes a los hijos, algo que aún no tributa en Castilla y León».

Olvidadas

Las herencias que se rechazan pasan a manos del Estado y también las de los fallecidos que mueren sin testar y para los que no se encuentran herederos, las abintestato. El Estado, tras seguir un procedimiento reglado, reparte este patrimonio entre entidades sin ánimo de lucro o lo destina a fines sociales. El último expediente tramitado en la provincia es de 2011. En 2012 no hubo ninguno y este año no se esperan más herencias olvidadas.