Curtido en mil batallas y tras tres campañas en Palencia llegó a Burgos a un club ‘en mantillas’. Su veteranía fue una de las claves para el buen inicio del CB Miraflores. Roger Fornas compagina el baloncesto con sus estudios de Comunicación.

¿La temporada en San Pablo es muy diferente a lo vivido anteriormente?

Sí porque está llena de altibajos tanto a nivel institucional como de resultados deportivos. Al principio todo era rocambolesco, pero ahora institucionalmente todo se ha encauzado; todo el mundo se ha implicado y eso es un punto positivo. La verdad es que no esperaba esa implicación.

¿Cómo lleva estar afincado en Palencia y trabajar en Burgos?

Vivo aquí y viajo una o dos veces por semana. No me importa; me gusta conducir.

Tuvo que hacer de traductor entre nacionales y extranjeros...

Ningún problema, Anton y yo lo hicimos al principio, aunque el nivel de inglés en la plantilla es muy bueno.

¿Cómo son las relaciones en la plantilla?

Muy buenas. Mejor fuera del campo que dentro. En el campo con los nervios a veces nos decimos las peores cosas. Somos de mecha corta, pero, luego, fuera, de maravilla, podemos hablar de todo.

Palencia está a un paso del ascenso directo. ¿Lo logrará o le pasará como a Burgos?

Personalmente, pienso que hay algo detrás. Venden que no pero no me lo creo. De todas las formas, tengo claro que tenía que haber subido Burgos y este año Palencia. El canon es absurdo. Lo que deben de exigir es que el club esté saneado económicamente.

¿Cree que la ACB es un sueño imposible?

Imposible no hay nada. Si los pisos han bajado porque todo ha cambiado no entiendo por qué no lo hace la ACB. Los ascensos deberían ser como en el fútbol.

¿De qué se siente más satisfecho?

De poder llevar la vida que llevo, estudiar y ser deportista profesional. Nunca me había visto capaz de estudiar. De pequeño no era buen estudiante, pero ahora con mucha disciplina y esfuerzo lo estoy consiguiendo.

¿Su mejor partido con San Pablo?

Oviedo. Personalmente no jugué bien. Creo que anoté 5 puntos, pero me lo pasé muy bien porque vi cómo disfrutaba la gente y para mí esa es la clave, disfrutar. En el deporte no se rinde al máximo nivel todos los días.

Vivían un buen momento que se quebró ante Ourense...

No se rompió nada, aunque para nosotros sí. Pensamos que por ganar dos partidos seguidos el tercero lo vamos a ganar por inercia y eso no es así. Si jugamos como lo hicimos en la primera parte no somos nada. Tenemos que basarnos en dar el cien por cien, no en dinámicas.

El próximo rival, Castelló...

Tenemos muchas ganas de jugar y yo personalmente también. Era el primer partido de Epi, con el trasfondo que había detrás. Ellos no tuvieron buena actitud, sobre todo dos jugadores al final del partido y cuando ya estábamos derrotados no fueron elegantes y eso me irrita.

¿Cómo ve el futuro del San Pablo?

Lo veo en play off y luchando con cualquier rival. Dependemos de nosotros y de lo que nos propongamos con el público.

¿Y el suyo?

Seguir en Burgos, sobre todo por la implicación que veo en todo el mundo. No me la esperaba y me sorprende la directiva, cuerpo técnico y plantilla. Hay que apostar por este proyecto a medio plazo.

¿Qué diferencias hay entre la afición de Palencia y la de Burgos?

Hay más similitudes que diferencias, aunque la burgalesa es más caliente. Siempre te animan aunque pierdas y eso es muy reconfortante para el jugador.

Por último, ¿por qué no quiere hablar públicamente del proceso independentista de Cataluña?

No es que no quiera hablar. Lo que detecto es falta de tolerancia a nivel de todo y que no se respetan las opiniones diferentes.