El día no invitaba a salir de manifestación ni a participar en actos públicos, y quizás fue esa la excusa a la que recurrieron los mirandeses para quedarse en casa el Día del Trabajador, una jornada tradicionalmente reivindicativa y en la que apenas 200 personas secundaron la movilización convocada por Comisiones Obreras y UGT. El acto, que estuvo marcado por la lluvia, cambió, por primera vez en muchos años, su recorrido. La celebración del Mercado Medieval obligó a variar la ruta de la manifestación, que partió a las 13 horas de la plaza de la Estación para terminar, 25 minutos después, en la plaza de la Constitución. Durante el recorrido se cantaron consignas y se exhibieron banderas de los sindicatos, aunque, a diferencia de años anteriores, ninguna empresa portó una pancarta propia con sus reivindicaciones. 

Fue Itziar Santa Coloma, secretaria comarcal de UGT, la primera en intervenir, recordando a todos los candidatos a la Alcaldía que «se hace más necesario que nunca institucionalizar un auténtico diálogo social para el desarrollo de todos los sectores, pero en especial de la industria» ya que, a su juicio, «apostar por la reindustrialización es apostar por el desarrollo de la economía de nuestra ciudad», dijo ante la presencia del actual alcalde y varios concejales del PSOE e IU. Por parte de Comisiones Obreras, Paco González hizo un extenso repaso de las consecuencias de la reforma laboral y de los recortes realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy. En ambos discursos se echó en falta una referencia a la situación actual que vive Miranda, al desempleo y a los problemas que rodean a muchas de sus empresas. 

También los afiliados de CGT y CNT celebraron el 1 de mayo en la calle. Los primeros, junto a la subdelegación de la Junta, repartieron globos entre los niños y ofrecieron información sobre el sindicato y sus protestas, mientras que los segundos se concentraron en el parque Antonio Machado, donde se leyó un comunicado.