Ordenan desalojar el bloque número 13 de La Moneda por riesgo de derrumbe

J.M. / Burgos
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Licencias declara la ruina del inmueble y da 7 días de plazo para dejar vacíos dos locales

La concejala de Licencias, Dolores Calleja, firmó el lunes una resolución en la que urge a los arrendatarios de dos locales de la calle La Moneda 13 a que abandonen sus negocios en un plazo inferior a siete días. La medida, según explica la edil, obedece a la declaración de ruina inminente  del edificio aprobada por el Ayuntamiento a instancias de la propiedad y a un informe técnico en el que se alerta de la existencia de «riesgo de colapso». Es decir, que el inmueble puede venirse abajo.

Para constatar la situación del edificio «tres técnicos municipales» han visitado recientemente el inmueble para constatar, explica Calleja, que no existe otra salida que obligar a los dos únicos inquilinos que quedan en los bajos, la joyería La Moneda y el café Hípica, a dejar sus negocios. El resto del inmueble se encuentra vacío desde hace años.

La construcción, que también mira a la calle Almirante Bonifaz, es propiedad de Rivadedeva Inversiones (Construcciones Herrán), que lo adquirió a principios del año pasado y que anuncia en un gran lona que cubre las dos fachadas del edificio y en su página web la construcción de nuevas viviendas y locales comerciales en este 2015.

La concejala no se aventuró a anticipar si la declaración de ruina inminente traerá consigo la demolición del inmueble aunque sí avanzó que existe la obligación de la propiedad de mantener la fachada del edificio y de conservar un escudo con un importante valor patrimonial.

En el año 2002 Prigo compró el edificio a Hermanos Santidrián y realizó una intervención que fue objeto de una sanción económica por parte del Ayuntamiento (se le interpuso una multa de 300.000 euros). El motivo, eliminar los forjados de madera y colocar en su lugar hormigón. El Consistorio obligó a la propiedad a realizar un proyecto de intervención urgente en el que, tal y como explica la edil, se apuntaló parte del edificio.

Más tarde el edificio fue a parar a manos de Bancaja (después Bankia) y terminó en La Sareb, el conocido como ‘banco malo’. En ese continuo cambio de propietarios el inmueble se lo quedó la constructora Hermanos Riesgo hasta que ya a primeros de 2014 fue a parar a Construcciones Herrán. En enero de este año se presentó la declaración de ruina inminente que fue informada favorablemente por los técnicos de la Concejalía de Licencias.

La edil responsable de este área afirmó que  el Ayuntamiento, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras órdenes de desalojo, no adoptará ninguna medida con los arrendatarios de los negocios. «No es una vivienda», afirmó la concejala para expresar que la situación no es comparable a la pérdida del domicilio habitual y al añadir que el Consistorio no debe entrar en un conflicto que, en todo caso, deben resolver los inquilinos con la propiedad.