Larrinaga advierte de la fuga de profesores cualificados de la UBU

B.G.R. / Burgos
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El nuevo decano de la Facultad de Económicas se fija como objetivos en su toma de posesión el refuerzo de la plantilla de docentes y la internacionalización de los estudios

El secretario y el rector de la UBU, junto al nuevo responsable académico, que firma el documento. - Foto: Sara Vélez

Convertir la Facultad de Económicas y Empresariales en referente de Castilla y León. Es el reto al que desde ayer se enfrenta su nuevo decano, el catedrático de la Universidad de Burgos Carlos Larrinaga, quien considera que en ese camino será necesario reforzar la plantilla, así como retener a su personal, impulsar la internacionalización del centro y realizar una oferta de estudios «singular».

Para Larrinaga, más que el número de docentes, la principal necesidad pasa por «mejorar su categoría académica». Y es que, tal y como aseguró, en la actualidad hay profesores titulares que están desempeñando funciones inferiores. «Para conseguir que estos profesionales permanezcan en la UBU tenemos que ofrecerles algo más, porque nos estamos encontrando con la realidad de aquellos que, teniendo una cualificación excepcional, se están marchando a otras universidades porque les ofrecen mejores condiciones», subrayó momentos antes de tomar posesión de su cargo.

El nuevo decano de Económicas afirmó que en el funcionamiento del centro «siempre hay margen de mejora», incluso en sus «puntos fuertes». Así, abogó por reforzar aún más los programas de intercambio con instituciones extranjeras con la idea de internacionalizar la Facultad dado que «en el mundo de hoy en día la práctica profesional, tanto en la economía como en la empresa, está globalizada». De igual forma, también se refirió al hecho de que todos los alumnos de estas titulaciones tienen la posibilidad de realizar prácticas en empresas o a la idea de ofertar estudios «singulares», poniendo como ejemplo el primer máster oficial MBA de la región lanzado por la UBU.

El rector, Alfonso Murillo, alabó la decisión de Larrinaga de presentarse al cargo, advirtiéndole de que la labor de gestión suele ser «un tanto desagradecida». No obstante, mostró el apoyo de todo el equipo rectoral en un momento que consideró «difícil», al planear el nuevo decreto que recoge la posibilidad de reducir los grados de 4 a 3 años. Respecto a las necesidades de la plantilla, afirmó que se intentarán solucionar pero «sin generar agravios comparativos con otros centros».