329 devotos de Santa Teresa han peregrinado por Burgos en un año

Gadea G. Ubierna / Burgos
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El convento de San José de Santa Ana fue el último que fundó la carmelita abulense y es uno de los céntricos lugares de la capital incluidos en los recorridos culturales que se han diseñado para celebrar esta efeméride

Un total de 329 personas han sellado en el Centro de Recepción de Turistas de Burgos en poco menos de un año su credencial como peregrinos de una de las diversas rutas incluidas en Huellas de Teresa de Jesús, una propuesta cultural puesta en marcha en 2014 por las 17 localidades españolas en las que la carmelita descalza fundó conventos y dejó su impronta. En Burgos capital son varios los lugares relacionados directa o indirectamente con la santa, de cuyo nacimiento en Ávila se cumple hoy el quinto centenario. El primero es el convento carmelita de San José de Santa Ana, en la plaza de Santa Teresa; pero también el Hospital de la Concepción, la Iglesia de San Cosme y San Damián, el retablo de la Buena Mañana de la iglesia de San Gil, dos edificios de la Flora y el Cristo de Burgos, ante cuya imagen se sabe que se paró a rezar la santa nada más llegar a Burgos en enero de 1582.

Entonces, en pleno siglo XVI, la obra de madera y piel de becerro que custodia la Catedral en la capilla homónima se ubicaba en el antiguo convento de los Agustinos de la calle Madrid, que fue una de las zonas de la capital que más frecuentó la santa durante los meses que pasó en Burgos para llevar a cabo la última de sus fundaciones. De hecho, hay constancia de que las carmelitas vivieron en el Hospital de la Concepción -en aquel momento dedicado a la asistencia de enfermos pobres y hoy a la espera de uso- entre el 23 de febrero y el 18 de marzo de 1582. Y de ahí que San Cosme y San Damián fuera una de las iglesias a las que acudía con frecuencia a rezar.

Sin embargo, pasaron casi cuatro meses entre la llegada de la religiosa para fundar otro convento y el momento en el que cumplió su propósito. Un tiempo en el que las carmelitas cambiaron varias veces de alojamiento, como prueba la exhaustiva información que la abulense puso por escrito en su Libro de las fundaciones. Un texto en el que explica que para llevar a cabo su proyecto tuvo que vencer primero las reticencias del obispo de la época -contrario a la apertura de otro convento en la capital- con la ayuda de diversos amigos y personalidades de la época en la ciudad. Entre ellas, Catalina de Tolosa, amiga que alojó durante varias semanas a las monjas en su casa, ubicada en los actuales números 14 y 16 de la calle Huerto del Rey o, lo que es lo mismo, en la Flora. Durante esas semanas, la abulense acudía a rezar a diario a San Gil y, más concretamente, a la capilla de la Buena Mañana. El retablo frente al que, se supone, se arrodillaba Santa Teresa es una obra que se le atribuye a Gil de Siloé y es también una de las maravillas que esconde este templo de apariencia exterior austera.

Emblemático

Ypor último, el lugar más teresiano de todos es el convento de las carmelitas descalzas de San José de Santa Ana. Un lugar que los devotos de Teresa de Jesús encontrarán tras sortear a las decenas de autobuses turísticos y coches en busca de aparcamiento que recorren a todas horas el exterior del último convento fundado por la santa abulense. Lo que en 2004 empezó siendo algo provisional por las obras del complejo de la Evolución Humana en el solar de Caballería acabó siendo definitivo por diversos motivos (necesidad de habilitar un espacio para los buses con turistas y los pacientes del centro de salud de Santa Clara) y la realidad es que, ahora que se celebra el quinto centenario del nacimiento, hay que buscar el lugar más eblemático de la capital burgalesa en medio de un parking de asfalto. Con independencia de esta cuestión, las carmelitas disponen de cartas y diversas reliquias, entre las que destaca una alpargata de esparto. La celda que escogió la fundadora por ser la más fría -dicen hoy las monjas- se ha reconvertido en una capilla. Y en ella se ha colocado un retablo con una escultura de Santa Teresa que, según información oficial, realizó un maestro coetáneo y muy próximo al famoso escultor lucense de nacimiento y barroco de estilo Gregorio Fernández.

Estos son los sitios que ya han visitado 329 personas devotas de Santa Teresa e interesadas en obtener su credencial como peregrinos y que, para ello, han incluido a Burgos en su ruta. Las 17 localidades que colaboran en el proyecto cultural Huellas de Santa Teresa decidieron que los fieles que deseen obtener la credencial como tales tienen que visitar los centros de turistas de, al menos, cuatro lugares repartidos en dos comunidades autónomas distintas y, en todos los casos, finalizar su recorrido en Ávila.

La capital abulense promovió la creación de una red de la que, además de Burgos, forman parte: Medina del Campo, Malagón (Ciudad Real), Valladolid, Toledo, Pastrana (Guadalajara), Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura (Jaén), Sevilla, Caravaca de la Cruz (Murcia), Villanueva de la Jara (Cuenca), Palencia, Soria y Granada. Entonces, suponiendo que un burgalés quisiera obtener la documentación oficial que acredita que ha peregrinado por este motivo podría comenzar su recorrido en Burgos (algo que han hecho 128 personas, según datos oficiales), continuar por Soria, Pastrana, Toledo y subir después  a Ávila. Sin necesidad de alejarse demasiado habría cubierto uno de los muchos recorridos posibles, ya que el peregrino tiene plena libertad de movimiento. Los únicos requisitos son visitar cuatro lugares, dos regiones y Ávila.

De las 329 personas que en este año han incluido a la capital burgalesa en su ruta, buena parte  procedía de puntos teresianos (de Alba de Tormes, Malagón, Valladolid, Salamanca u otros puntos de la provincia burgalesa), pero también de Madrid, Zaragoza, Navarra o incluso del extranjero:Polonia, Estados Unidos, Venezuela y Perú. Para más información, se puede acudir al Centro de Recepción de Turistas de Burgos, ubicado en la calle Nuño Rasura, junto a la Catedral.