Un milagro salvador en Durango

SPC
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El impacto de un avión con 103 personas a bordo contra el suelo poco después de despegar se salda con apenas dos heridos graves gracias a la rápida actuación del piloto, que frenó en seco

Una potente ráfaga de viento derribó la noche del pasado martes un avión de pasajeros cuando despegaba del aeropuerto mexicano de Durango con 103 personas a bordo -99 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación-, sembrando el caos y haciendo temer lo peor. Todo hacía rememorar un accidente similar ocurrido hace apenas unos meses, en mayo, en Cuba, cuando una aeronave también sufrió un siniestro al salir del José Martí de La Habana, muriendo 109 de los 110 ciudadanos que viajaban en su interior. Sin embargo, como si de un milagro se tratase, en Durango no hubo fallecidos. Todos salieron con vida, incluso algunos por su propio pie, a pesar del potente impacto, que dejó al aparato destrozado y envuelto en llamas. 

Sorpresivamente, solo 49 personas resultaron heridas -entre ellas un español- y dos de ellas revisten gravedad: una niña con quemaduras de primero y segundo grado y el piloto, que se encuentra en estado estable después de ser operado la misma noche del martes. 

Él es, precisamente, el artífice de ese milagro. Según confirmó el gobernador del estado de Durango, José Rosas Aispuro, la actuación del conductor fue esencial, ya que la nave fue volteada y el impacto del ala con el suelo provocó que se desprendiera el motor del lado izquierdo. Afortunadamente, el piloto anduvo rápido de reflejos y frenó en seco antes de que la tragedia pudiera ir a más, permitiendo a los pasajeros abandonar el aparato antes de que éste se incendiase.