Roban joyas, dinero, ropa y comida en tres pisos del paseo de Laserna

I. Elices / Burgos
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Los ladrones actuaron en la mañana del miércoles día 8. Forzaron los bombines para entrar

Hay ladrones más exquisitos que otros. Las dos bandas de georgianos que actuaron en Burgos el pasado año solo buscaban joyas y dinero. El metálico, por razones obvias, y las alhajas, porque es fácil deshacerse de ellas en cualquier fundición. Pero los cacos que actuaron la semana pasada en un bloque del Plan de la Estación, en la zona de Cellophane, no eran tan remilgados. No le hicieron ascos a nada. Asaltaron tres pisos y se llevaron de todo. Por supuesto, joyas y dinero, pero arramblaron con ropa, comida y electrodomésticos de pequeño tamaño, para no llamar mucho la atención ante los vecinos. Se ve que tienen peristas de confianza capaces de colocar cualquier objeto en el mercado negro.

Actuaron a plena luz del día. Fue el miércoles día 8 y a buen seguro que en las jornadas anteriores sometieron a los inquilinos del número 1 del paseo de Laserna a una absoluta vigilancia. Y es que eligieron las viviendas cuyos moradores no llegan a casa hasta bien entrada la tarde. Es decir, que a priori tenían todo el tiempo del mundo para forzar las puertas y moverse a sus anchas por los pisos, que, para más inri, se encuentran en las dos plantas superiores, en el cuarto y en el ático. De esta manera no corrían el riesgo de que un vecino les sorprendiera si bajaba por las escaleras.

La primera en percatarse de que había sufrido un robo fue la inquilina del quinto. Llegó por la tarde a su casa, bajó del ascensor y se encontró la puerta de entrada a su casa abierta completamente y la cerradura destrozada. Habían extraído el bombín para acceder al interior. Cuando entró vio que todo estaba patas arriba. Armarios y cajones de todas las habitaciones abiertas y un montón de enseres desaparecidos. Bajó rápidamente a la cuarta planta para ver si más vecinos habían sido víctimas de los cacos. Y, efectivamente, así fue. En el cuarto, las dos puertas también habían sido forzadas y estaban abiertas. Avisó inmediatamente a la Policía Nacional y al administrador de fincas, que contactó con los dueños de las viviendas que todavía no sabían que habían sufrido la ‘visita’ de los ladrones.

Una de las víctimas señalaba ayer a este periódico que le robaron las tablets, varias memorias externas de ordenador, las planchas del pelo GHD, ropa, joyas, dinero y hasta una caja de bombones que tenía para las visitas. «Me encontré el piso todo desordenado, con cajones por el suelo, todo revuelto, ropa tirada; un desastre», indicaba. El sentimiento que provoca es «un poco de miedo». «Porque se da una cuenta de que no es difícil entrar en una casa», añadió. Ahora está pensando en qué puerta poner que sea del todo segura. Sospecha que estuvieron vigilando el inmueble en jornadas anteriores, «porque la puerta de la escalera apareció abierta los días antes». Es su forma de actuar, establecer las rutinas de los inquilinos y elegir aquellos pisos que pasan más tiempo sin sus dueños dentro. La Policía Nacional envió ese mismo día a la Brigada Científica, que estuvo en las tres viviendas recogiendo evidencias que pudieran llevar hasta los cacos. Estas bandas normalmente vienen de fuera, ‘se hacen’ unos pisos y regresan a su lugar de origen.