Se acabaron los malos olores estivales y las reiteradas y gravosas multas de la Confederación Hidrográfica del Duero por los vertidos al arroyo Villar. La localidad de Pedrosa de Duero ya trata sus aguas residuales en la estación depuradora de Roa de Duero gracias a la construcción de un colector que conecta ambas poblaciones cuyas obras acaban de finalizar.
El delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Baudilio Fernández Mardomingo, visitó ayer el proyecto que si bien se licitó por un presupuesto de un millón de euros, se ha ejecutado (precio de liquidación final) por unos 650.000 euros. Una adjudicación a la baja que va a conllevar una reducción, aún sin determinar, de la aportación municipal estimada inicialmente en 150.000 euros, mientras que el resto lo aporta la Consejería de Fomento, a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), que se encargará del mantenimiento y la explotación de la infraestructura durante 25 años. Una actuación cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Feder Europeo. «Dado que prácticamente se ha adjudicado por la mitad estamos haciendo unos ajustes con el Ayuntamiento para que no le sea tan gravosos, si bien todavía no sabemos lo que va a pagar, pero desde luego no 150.000», indicó Fernández Mardomingo.
El emisario tiene una longitud total de 8.367 metros distribuidos en dos ramas, una que va directa a Roa paralela a los arroyos Villar y Dujo, por la que discurren las aguas residuales del casco urbano y de algunas industrias enológica, y otra que recoge agua de tres bodegas, y va paralelo al arroyo Valdepinilla para enlazar con el otro colector en la confluencia con el arroyo Dujo hasta alcanzar un pozo de bombeo en el polígono industrial raudense, desde donde se envía a la EDAR.
El emisario , instalado con tubería de PVC de 315 mm dará servicio a la demanda de 656 habitantes equivalentes, con un caudal medio de 131 m3/día, pudiendo absorber hasta 262.
La alcaldesa, Juana González, se mostraba agradecida y encantada con esta actuación que calificaba de «importantísima» para el pueblo, que soluciona de un plumazo todo el problema de la depuración de las aguas. Explica que la anterior depuradora databa del año 1950 y estaba totalmente obsoleta, hasta el punto de que prácticamente se había convertido en una simple fosa séptica que se desbordaba con cierta facilidad, generando malos olores y vertidos sin tratar al arroyo.
«Ha sido un triunfo lograr esto de la Junta. Si no se hubiera hecho el colector habría que haber tirado la depuradora y haber hecho otra nueva, porque también el sacar los lodos y su traslado generaba un gasto muy importante y frecuentes olores. Con esto las bodegas y la gente están contentas y hemos evitado muchos olores y sanciones de la Confederación, que hacía visitas habitualmente para tomar muestras, especialmente en vendimias», reconocía, pesarosa pese a no haber podido incluir en el proyecto a las otras cuatro pedanías (Quintanamanvirgo, Boada de Roa, Guzmán y Valcavado de Roa) porque el presupuesto era inasumible.
Fernández Mardomingo aprovechó para visitar la depuradora raudense, cuya construcción finalizó en 2010 y gestiona también Somacyl desde 2012. En su día supuso una inversión de dos millones de euros y asimilará sin problema los vertidos de Pedrosa ya que está dimensionada para una población de 6.700 habitantes equivalentes.