Javier Ballesteros, en el campo de Riocerezo

A.I.A.
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El hijo del mítico Seve Ballesteros, preparado para participar en el Circuito PGA y el Campeonato de España. Realizó el saque de honor en El Espolón

Lo lleva en la sangre y en el corazón. Javier Ballesteros, hijo del mítico Seve, buscará el título nacional de golfistas profesionales esta semana en el campo de Riocerezo y se muestra orgulloso porque el Circuito PGA de este año lleva el nombre de su padre. Ayer realizó el saque de honor del torneo en el Paseo del Espolón, un gesto más para popularizar este deporte entre los burgaleses, aunque reconoce que «no es tarea fácil».

Javier Ballesteros repite participación en el campo de Riocerezo. Ya compitió el año pasado, en la que se impuso su primo Manuel Ballesteros. Asegura tener buenas sensaciones y confía en hacer un buen papel. Viene de competir en Lisboa, donde «no fue mi mejor torneo», admite.

Le gusta el campo de golf de Riocerezo. «Tiene muy buenas condiciones. Los nueve primeros hoyos son asequibles, pero los otros 9 restantes te obligan a jugar bien, especialmente el 10, 11 y 12. Riocerezo destaca por el final; es muy bueno. Los hoyos 17 y 18 te exigen mucho», relata el deportista de 28 años, que empezó a jugar al golf de forma natural. «Lo tenía en casa. Mis hermanos han jugado y lo han dejado, pero yo sigo porque me gusta mucho».

Admite que no lo tendrá fácil en el campo burgalés. El Circuito PGA de España reúne a los mejores profesionales nacionales. Destaca Alfredo García Heredia y Pablo Martín Benavides, ganador en tres ocasiones del Circuito Europeo. «Mi idea es hacerlo lo mejor posible y disfrutar; si no disfrutas no juegas bien», explica.

estigma elitista. Javier Ballesteros sabe de la grandeza y carisma de su padre y de la pasión que levanta cuando se le recuerda. Por ello, admite que es importante la presencia de figuras como Chema Olazábal, Sergio García o Jon Rahm para enganchar entre los más jóvenes. «Con grandes figuras siempre es más fácil promocionar un deporte. Yo recuerdo que no sabía nada de automovilismo ni nunca había visto una carrera pero los primeros años de Fernando Alonso me levantaba para ver el gran premio. Se necesitan personas cercanas, con carisma y próximas para motivar», analiza. En este sentido destaca que «Sergio García ha hecho mucho bien al golf y ahora Jon Rahm está haciendo lo mismo».

A pesar de tener grandes jugadores de golf en España, con prestigio internacional, Javier Ballesteros reconoce que es un deporte «difícil de popularizar». Asegura que se hacen muchas campañas de promoción, sobre todo en edad escolar; que se desarrolla un gran trabajo desde la PGA, que ha creado las Ligas Campbell, aunque «honestamente es mejorable».

La cultura deportiva de un país también es determinante y en España siempre se inicia a los niños en el fútbol. «Yo también empecé jugando a fútbol», desvela.

Se muestra muy contrariado por el estigma que tiene el golf de deporte caro. «No lo es en absoluto. Hay materiales muy baratos y en muchas ciudades hay campos de golf municipales. Ese estigma es falso», rechaza, al tiempo que matiza que «entiendo que es difícil popularizar el golf. En primer lugar, es difícil de aprender y, sobre todo, es un deporte solitario. A los niños es difícil hacerles jugar solos; no les divierte mucho. Y a los mayores convencerles de que después de horas en el despacho se vayan a jugar al golf es más complicado que reunirse con los amigos y jugar un partido de tenis o de pádel».

Javier Ballesteros, como profesional, hijo de Seve y miembro de la Fundación que lleva el nombre de su padre, no escatima esfuerzos para popularizar el golf entre todos los ciudadanos y para alcanzar el máximo nivel profesional.

Después de la presentación del Campeonato de España, que empieza hoy, realizó el saque de honor en el Paseo del Espolón. Firmó autógrafos y posó con los burgaleses, que le reconocían por el gran parecido físico con su padre, el gran Seve Ballesteros.