La secuoya centenaria de las Salesas no entraña peligro

R.P.B. / Burgos
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Un informe técnico avala su estado. Su inclinación había alertado a los vecinos

Primero fueron unas ramas secas en su alta copa; después, la visible inclinación. Lo cierto es que tanto los vecinos de Barrantes como la propia congregación e incluso la diócesis habían mostrado su preocupación por el estado en que pudiera encontrarse la imponente secuoya que se alza en el jardín que hay frente a la iglesia neogótica del convento de las Salesas. Un ejemplar magnífico que, como el de la antigua estación de tren, se encuentra protegido por el nuevo PGOU, que incluye un catálogo que vela por las especies arbóreas más singulares de la ciudad.

«A nosotras también nos preocupaba porque la inclinación es evidente, y lo último que queremos es que pueda causar algún problema grave.Por eso nos dirigimos al servicio de Medio Ambiente y nos confirmaron que su estado es bueno, que no existe riesgo alguno», según ha confirmado a este periódico la madre abadesa.

Esta secuoya Wellingtonia (así llamada por haber sido introducida en Europa por el afamado duque de Wellington) debió plantarse en la segunda mitad del siglo XIX. Esta especie pertenece a los árboles más altos y longevos que existen. Su altura, en los ejemplares de mayor edad, puede superar de largo los cien metros.

Con una forma anchamente piramidal, la edad que puede alcanzar oscila entre los 2.000 y 4.000 años, algo que no se ha determinado todavía y que resulta muy interesante para este caso, ya que no se ha podido establecer todavía con exactitud porque nunca ninguna secuoya, desde que son estudiadas con rigor, ha muerto por causas naturales. Todas las muertes de este tipo de árbol se han producido por accidentes o se han debido a la inmisericorde mano del hombre.