La tienda del pueblo sin tiendas

R.P.B.
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Rublacedo de Abajo ocupa el puesto número 9 en la lista de pueblos pequeños que más compran por Amazon per cápita

La tienda del pueblo sin tiendas - Foto: Patricia González

Quizás -vaya a usted a saber- haya una luz de esperanza para que el mundo rural no se vacíe completamente. El hecho de que hoy desde cualquier aldea aislada, desde cualquier pueblo recóndito se pueda adquirir prácticamente cualquier cosa y recibirla en casa con rapidez y sin tener que desplazarse a ningún lado a por ella, constituye un alivio para quienes viven en el campo.Y un argumento a favor de permanecer allí por más tiempo sin que el hecho de no tener servicios constituya un menoscabo en el día a día. Es el caso de Germán Manos y Laura Arnaiz, que residen en Rublacedo de Abajo (a 32 kilómetros por la carretera de Poza) desde el año 2010. Amazon, el gran gigante planetario del comercio electrónico, reveló hace unos meses el ranking de los pueblos con menos habitantes que más compras hacían a través de esta plataforma. Y resultó que Rublacedo de Abajo ocupaba el noveno puesto de la lista. 

Apenas hay movimiento en el pueblo a media mañana.Se oye trabajar una máquina en algún taller, de cuando en cuando un coche pasa veloz por la carretera, que parte el caserío en dos. Encontramos a una mujer apoyada en el quicio de una puerta y cuando comentamos el asunto que nos ha traído al pueblo no duda en señalar una casa frente a la que hay leña apilada. «Acaba de marcharse una furgoneta de reparto de allí ahora mismo». Nos abre la puerta Laura, que confirma sin dudar la estadística que maneja Amazon. «Sí, somos nosotros. Compramos muchas cosas por Amazon.Casi cada tres días recibimos aquí un pedido».

Según el Instituto Nacional de Estadística, en Rublacedo hay 29 personas empadronadas. Otra cosa es las que viven. «Ahora en invierno creo que sólo vivimos nosotros», tercia Germán. La tienda de este pueblo sin tiendas es un verdadero alivio para esta familia, que también componen tres criaturas: dos de cuatro y dos años, y un bebé de diez meses. «Entre juguetes, alguna herramienta y leche...». Admite esta pareja que prácticamente desde que se instalaron en el pueblo Amazon forma parte inseparable de su vida. Se ha convertido para ellos en algo tan cotidiano como necesario. «Para nosotros es muy cómodo.Yo trabajo en Burgos, en una fábrica.Pero mi mujer no tiene carné de conducir. Cuando estoy librando, ahorro tiempo comprando de esta manera. Y hasta dinero. ¿Que necesitamos leche para nosotros y para las niñas? La compro por Amazon. Y me ahorro tener que ir a Burgos, aparcar, entrar el supermercado, hacer la cola, cargar, volver. Me quedo aquí y me lo traen a la puerta de casa por dos euros más. Gano tiempo. Y sólo ir y venir de Burgos son cinco euros en el depósito del coche».

GARBANZOS Y DISFRACES. Germán y Laura compran de todo por Amazon: «He comprado hasta herramientas de trabajo, altavoces, un proyector de dos metros y medio de pantalla, una batería de 500 vatios, juguetes, columpios, artículos de aseo personal, garbanzos enlatados, disfraces y hasta una pequeña piscina... Tengo una lista de pedidos...». Nada que no pueda encontrarse en Burgos, cierto, pero se trata de esa comodidad a la que hace mención Germán. «Es que para nosotros es lo mejor, lo más cómodo. Ir a Burgos a comprar nos supone una gran inversión en tiempo y un coste en combustible que es más o menos lo que pago por los gastos de envío. Pero en tiempo, desde luego, nos se puede comparar. A mí me traen lo que pido a la puerta de casa». Además, claro, son clientes prime, y se benefician de ofertas de la compañía como Prime Now, Dash Button, Pantry, Amazon Familia y Prime Video, entre otros.