El Mirandés perdona al líder

Raúl Canales / Miranda
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Dominio estéril. Los rojillos anularon al Alavés y dispusieron de cinco ocasiones muy claras para llevarse el triunfo, pero fallaron en la definición. El portero visitante fue la estrella del derbi en Anduva

CD Mirandés 0 - Deportivo Alavés: 0

 

CD Mirandés: Raúl Fernández, Kijera, Cantero, Álex Ortiz, Galán, Rúper (Lázaro 68’), Eguaras, Salinas (Oyarzun 31’), Álex García, Ion Vélez (Abdón Prats 68’) y Sangalli.

 

Deportivo Alavés: Pacheco, Carpio, Raúl, Laguardia, Pelegrín, Mora, Iñaki (Guichón 65’), Manu (Barreiro 84’), Juli, Toquero, y Kiko Femenía (Bernardello 77’).

 

Incidencias:

Árbitro: Medié Jiménez, colegio catalán. Amonestó a los locales Rúper y Oyarzun y a los visitantes Laguardia, Pelegrín y Toquero. Expulsó por doble amarilla a Kijera con el partido finalizado.
Público: 5.348 espectadores en Anduva. Lleno absoluto con más de un millar de seguidores visitantes.

 

Lo mejor: El gran ambiente que se vivió en Anduva a pesar de la rivalidad.
Lo peor: La lesión de Salinas. El centrocampista tuvo que abandonar el campo en el primer tiempo y a falta de más pruebas, podría tener dañada la rodilla.

 

El Mirandés tuvo contra las cuerdas al líder pero no pudo asestarle el golpe definitivo. En un derbi con más intensidad que juego, los rojillos primero se pusieron el mono de trabajo para equilibrar el derroche de los vitorianos y luego tiraron de empuje para superar la muralla visitante. Al final, acabaron arrinconando a un Alavés que apenas se acercó con peligro al área rival y que tuvo en su portero al jugador más destacado.
Los locales fueron mucho más ambiciosos y se quedaron a un paso de lograr más botín. El punto sirve pero Anduva se quedó con la sensación de la oportunidad perdida. Y es que el Mirandés dispuso de ocasiones suficientes como para ganar, las más claras en las botas de Oyarzun.
A los pocos minutos de la reanudación el donostiarra tuvo un mano a mano en el que encaró y regateó a Pacheco, pero el meta se rehizo y llegó a bloquear su remate. El portero visitante empezaba a salvar los muebles a un Alavés que dio siempre la idea de que se conformaba con el empate.
Aunque sin duda la acción que todos los seguidores rojillos habrán revivido una y otra vez en su cabeza fue la última del encuentro. Un error de la zaga albiazul dejó el balón muerto para Oyarzun, pero el extremo se vio tan solo dentro del área que remató al cuerpo de Pachecho.
Se esperaba mucho del derbi  y en los primeros minutos no defraudó. Los dos equipos cumplieron con su rol. Los locales interesados en imprimir ritmo al choque y los visitantes tratando de cortarlo por todos los medios posibles, en ocasiones al límite del reglamento.
Ion Vélez avisó a la media vuelta en la primera aproximación, pero a partir de ahí el orden táctico de los de Bordalás se le atragantó a los de Terrazas que se vieron obligados a entrar en el intercambio de balones largos que proponía el Alavés, un equipo que se siente cómodo en la batalla física y que tiene en Toquero un salvavidas al que recurrir cuando no logra sacar la pelota desde atrás. El exAthletic pelea todas y es una pesadilla constante para la defensa.
Pero tras el descanso el Mirandés salió decidido a mandar y a rachas, en ocasiones de fútbol y en otras de coraje, logró que el Alavés reculara. Eso sí, cada vez que los rojillos trataban de meter una marcha más, el Alavés se las apañaba para romper otra vez el ritmo.
A falta de espacios, los locales recurrieron a la estrategia, otro de sus puntos fuertes. En una jugada marca de la casa, Ion Vélez peinó el saque de esquina y Galán solo en el segundo palo, libre de marca, cabeceó centrado cuando solo tenía que empujarla.
A esas alturas el balón ya era del Mirandés, con Toquero como una isla en medio de camisetas rojillas. Otra vez desde el córner pudo adelantarse el Mirandés, pero el remate de Álex Ortiz tras múltiples rechaces, se fue llorando el palo.
El Mirandés empezó a encontrar huecos entre líneas. Los demarques de Oyarzun, Sangalli y Eguaras hacían daño a un Alavés que sin perder nunca el orden, tenía problemas para controlar las embestidas locales. En un pase interior, Eguaras se quedó solo delante de Pacheco, pero en vez de disparar, quiso dar el pase de la muerte y la defensa albiazul envió a córner.
Espoleado por un Anduva que veía muy cerca la posibilidad de tumbar al líder, los de Terrazas se volcaron en busca de un triunfo que les hubiera disparado en la tabla, pero la pegada que les ha caracterizado otros partidos, se echó ayer en falta. La solidez albuiazul ganó a la eficacia rojilla. Aún así el Mirandés sale reforzados del derbi ya que demostraron una vez más que pueden codearse sin complejos con los grandes.

 

Carlos Terrazas, entrenador del CD Mirandés

«Nos ha faltado contundencia para materializar el dominio»

 

Al Mirandés solo le faltó el gol en el derbi. Los rojillos hicieron un buen partido pero «nos faltó contundencia para materializar nuestro dominio», aseguraba Carlos Terrazas. El técnico daba por bueno el empate pese a la oportunidad desaprovechada de recortar diferencias al líder. «Nos podíamos haber puesto a 5 puntos  pero creo que es un error analizarlo así ya que lo importante es seguir sumando para llegar a primavera con opciones de todo», señalaba.
El técnico valoraba el trabajo de su equipo para anular al Alavés. «No nos ha generado peligro y otros equipos nos han hecho más daño. Creo que no es un debe suyo sino un acierto nuestro porque hemos controlado en todo momento el partido y si hubiésemos marcado diríamos que era justo». 

 

J. Bordalás, entrenador del Alavés
«En la segunda vuelta puntuar fuera cuesta mucho»

 

José Bordalás se mostraba satisfecho con el empate conseguido en Anduva. «En la segunda vuelta puntuar fuera es complicado porque todos los equipos aprietan más», aseguraba. .
El técnico del Alavés reconocía que a su equipo le había costado frenar al Mirandés pero recordaba que «estamos haciendo una temporada excelente por encima de cualquier expectativa, pero que tampoco nadie espere que seamos el Barcelona de Segunda».
A pesar de sufrir en varias fases del partido, el míster valoraba  haber dejado su portería a cero  porque «el equipo más goleador de Segunda a nosotros no nos ha podido hacer uno. Nos ha costado porque ellos acumulan mucha gente en posiciones de ataque».