Hace un año conocimos que la historia de superación, sufrimiento y montaña rusa emocional que ha vivido Rubén Amoretti a consecuencia de su voz se iba a llevar a la gran pantalla. Arropaban la cinematográfica biografía el guionista Gregory Jordan (que ha escrito la historia de Willie Mays Aikens, leyenda del béisbol estadounidense que acabó en la cárcel) y el productor Miguel Menéndez de Zubillaga (Escobar, Camarón...). Doce meses después de aquel anuncio el proyecto ya tiene hecho buena parte del recorrido previo. El rodaje puede parecer aún lejano porque barajan finales de 2019 o principios del 20, pero no lo es tanto a los ritmos que se mueve el séptimo arte.
Para empezar el proyecto ya ha fichado al director, pieza clave de cualquier película, y su nombre está vinculado al mundo de la publicidad, la música y el cine: «Llevamos cerca de ocho meses trabajando con él y dándole vueltas a la visión que le quiere dar», apunta el guionista Gregory Jordan, que le ha contagiado su entusiasmo. «Está loco con la historia», señala.
Alejandro Toledo es un conocido publicista que ha dirigido numerosos anuncios y videoclips de cantantes como Alejandro Sanz o Marta Sánchez. La película de Amoretti sería su primer largometraje, aunque ha participado en Escobar, de León de Aranoa, cinta que ha servido de enlace con el productor del film de Amoretti, Menéndez de Zubillaga. «Estamos trabajando para conseguir dar con el punto de vista de Toledo, que es un gran lector de cine y a mí me encanta todo lo que hace», añade Jordan.
Toledo accede al proyecto inspirado por la vida del bajo que fue tenor y otros lo hacen agradecidos por la voz que escucharon en su boda. Como Justin Smith, consejero delegado del grupo Bloomberg Media, que ha decidido unirse después de oírle cantar en su enlace matrimonial: «Durante la ceremonia Rubén cantó el Ave María al aire libre, como hizo en su día en el funeral de su madre -entonces fue la primera vez que su voz sonó como bajo-, y cautivó a los presentes. Entre ellos, claro, a Smith, que no lo conocía y se quedó entusiasmado. Su presencia es un gran refuerzo y espaldarazo para un proyecto que está presupuestado en tres millones de euros», añade Jordan. En ese importe hay que incluir la música de una película que habla de ópera y los escenarios en los que discurren los altibajos físicos y emocionales de Amoretti:Burgos, Viena, Sicilia o Suiza, entre otros.
Sobre el tercer nombre propio de esta historia no conocemos las coincidencias o conexiones, o quizá es que no las hay y simplemente cree en el guión al que ha tenido acceso. Hablamos del director de reparto, Rick Montgomery, responsable del cásting en películas como Dos tontos muy tontos, Algo pasa con Mary, Siempre a tu lado o de este mismo año, Green book, con Vigo Mortensen y Mahershala Ali. Montgomery prevé elegir a los actores esta primavera.
de la oscuridad a la luz. ¿Ycómo se va a titular esta tragedia con dosis de humanidad y toques de humor, acordes al carácter de Amoretti? Los responsables han elegido la segunda ópera más famosa de Bizet después de Carmen, aunque para contar esta historia se ha elegido el nombre en singular.
El pescador de perlas simboliza la cruda realidad del cantante burgalés que, como el que acude a buscar el nácar, ha de probar su resistencia física, poniendo en riesgo su vida y haciendo sufrir a sus pulmones para conseguir su objetivo.
Lo que hasta ahora ha trascendido de la película es que arranca en su peor momento, cuando el cantante ha bajado a los infiernos de la música con los fracasos de Santander y Burgos, y desde ahí va ascendiendo hacia la luz. «La película es bastante fiel a la realidad e incluimos el sufrimiento físico de Amoretti. Se verá también el importante peso que tiene la familia, y sobre todo su hermana Pilar, que hace de sostén como dice su nombre. Es un film de familia y amistad:Pilar, Amoretti y el tenor Roberto Alagna, que ha sido el amigo que siempre le ha apoyado en el mundo de la ópera».
Rubén Amoretti (Burgos, 1964) es el único tenor en la historia de la ópera cuyo registro de voz ha mudado a bajo, algo biológicamente imposible. Su insólito caso se debe a una enfermedad rara, la acromegalia, causada por una secreción excesiva de la hormona del crecimiento que hizo que crecieran también sus cuerdas vocales. Pero hasta que supo lo que le ocurría y lo asimiló, el cantante burgalés conoció el infierno después de haber convivido con el éxito, volvió a surgir de las cenizas y, cuando su horizonte se despejaba tuvo que elegir de nuevo entre su sueño o su vida.