Andreas Lubitz ocultó que estaba de baja médica el día del accidente

Agencias
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El copiloto guardaba en su casa un parte por enfermedad, que había roto, y documentos sobre su medicación

La investigación avanza y con ella se conocen los pormenores que llevaron a Andreas Lubitz a cometer el terrible acto que acabaría con su vida y con la de otros 149 pasajeros el pasado martes. El copiloto del avión de Germanwings que se estrelló en Los Alpes franceses ocultó su enfermedad a la empresa y tenía un parte de baja en su casa para el día en el que se produjo la tragedia, según informó ayer la Fiscalía de Düsseldorf, que entró en el piso del autor de la masacre aérea. Durante el registro no halló ninguna nota de despedida ni de reivindicación ni tampoco se tienen, por el momento, pruebas que apunten a un motivo político o religioso en su manera de actuar.

Lo que sí se encontraron son varios documentos que demuestran que el joven padecía una enfermedad y que estaba bajo tratamiento médico. Entre ellos, había una «baja actual por enfermedad rota y que también cubría el día» del vuelo. Así las cosas, la Fiscalía concluye que Lubitz «ocultó su enfermedad» a Germanwings y a sus compañeros de trabajo. Al parecer, el copiloto hacía algunas semanas que había roto con su novia, con la que llevaba siete años. Este dato de la ruptura sentimental, aportado por uno de los primos del joven, emerge con fuerza en el entramado de las especulaciones montadas en torno a la causa que intentan determinar qué sucedió. De hecho, la expareja de Lubitz declaró ante la Policía que él sufría una «grave depresión» a raíz de la separación. En las próximas horas, los padres del autor de la masacre aérea también serán llamados a comparecer ante los investigadores.

El Ministerio Público, que no precisó de qué enfermedad se trata, aclaró que llevará días evaluar los documentos encontrados, pero aseguró que tan pronto como haya novedades las darán a conocer. Además, aclaró que ya se ha informado a las autoridades francesas del hallazgo.

Lo que sí trascendió es que el copiloto fue «suspendido durante meses» por Lufthansa en su etapa de formación, en 2009, y tenía un historial de depresión por «una crisis existencial» cuando se encerró en la cabina del avión Airbus A320 que se estrelló el 24 de marzo en los Alpes franceses, según publicó el diario británico The Times.

Una crisis existencial. En un artículo bajo el título Lufthansa conocía la depresión del piloto, el rotativo desveló que Lubitz tenía un «historial» de «depresión» provocada por «una crisis existencial» cuando decidió hacer colisionar el avión con otras 149 personas a bordo en los Alpes franceses. No obstante, Germanwings, la filial de Lufthansa que fletó el vuelo siniestrado, remarcó que no recibió ningún parte de baja que impidiese trabajar al copiloto.

Además, el diario recoge que el germano fue «suspendido» en la escuela de vuelo de la firma alemana, una de las más prestigiosas de Europa, «durante varios meses» antes de que le permitieran volver a entrenarse y ser evaluado como piloto». Una información que ya adelantó el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, el pasado jueves, aunque no especificó el motivo de la baja médica. «Estamos frente a un caso que no podríamos haber imaginado jamás», señaló en este sentido el director ejecutivo de Germanwings, Thomas Winkelmann, que dio a la catástrofe y a la hipótesis del suicido del copiloto la calificación que pasa por la cabeza de muchos: «totalmente inexplicable».

También el diario alemán Bild indicó que el autor de la tragedia recibió tratamiento psiquiátrico por un «grave episodio depresivo» hace seis años, en 2009, que incluía «crisis de ansiedad y depresiones» y que llevó al joven a recibir tratamiento psiquiátrico durante 18 meses.

De hecho, se conoció que el joven de 27 años acudió en varias ocasiones durante febrero y marzo al Hospital Clínico Universitario (UKD) de Düsseldorf, aunque fuentes del centro sanitario desmintieron que fuera por una depresión, sino para contrastar diagnósticos. La última vez que estuvo en el hospital fue el pasado 10 de marzo, aunque el centro no ofreció detalles sobre la dolencia que le aquejaba alegando «secreto médico» e indicó que ha entregado ya el historial del paciente al fiscal encargado del caso en Alemania.

Derribar la puerta. Otra de las novedades de la investigación que se dio a conocer ayer, fue que el piloto de la aeronave siniestrada en Los Alpes, Patrick Sonderheimer, que dejó solo a Lubtiz a los mandos del aparato por razones fisiológicas, intentó forzar la puerta presuntamente con un hacha para derribarla. Un portavoz de la aerolínea alemana Germanwings explicó al diario Bild que el hacha tiene que estar siempre a bordo del avión. Dicha herramienta «es parte de la seguridad para un equipo A320», afirmó.

Sin embargo, el sindicato de pilotos franceses puso en duda la veracidad de algunas de las informaciones publicadas y aclaró, por ejemplo, que el piloto no pudo intentar golpear con un hacha la puerta de la cabina desde el exterior porque este objeto se encuentra precisamente en el interior de la zona de mando.

Víctimas. En cuanto a los pasajeros fallecidos en la tragedia, el Gobierno de Mariano Rajoy señaló que 11 residían en España, pero tenían nacionalidad de ocho países diferentes. Asimismo, el Ejecutivo confirmó que un grupo de tres médicos forenses patrios se incorporan desde hoy a las labores de identificación de los restos de las víctimas, una ardua tarea, ya que, según los equipos de rescate, no se ha encontrado «ni un cuerpo intacto» en Los Alpes.