El Apolo amplía el espacio entre las butacas sin reducir su aforo

R.L. / Miranda
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Cultura resuelve las quejas de falta de espacio aumentando la distancia entre las filas. También se han elevado 4 centímetros los asientos de los anfiteatros para ganar visibilidad

El departamento de Cultura ha conseguido dar una solución a la falta de espacio entre las butacas del Teatro Apolo. Las quejas de quienes aseguraban sentirse ‘encajonados’ durante las representaciones teatrales llegaron a oídos del Ayuntamiento e incluso la propia alcaldesa admitió que «la estancia y la comodidad son mejorables». A finales de junio, Aitana Hernando encargó un estudio municipal para redistribuir tanto el patio de butacas como los anfiteatros y anunciaba que seguramente iba a ser necesario reducir el aforo.

Finalmente no ha sido necesario llegar a tal extremo, y el Apolo mantendrá sus 501 butacas, pese a que el proyecto inicial contemplaba 47 menos, 454. La solución que se ha adoptado ha sido readaptar los espacios, ampliando la distancia entre los asientos. Así se ha hecho en los laterales del patio de butacas así como en el primer, segundo y tercer anfiteatro. En todas esas butacas (253), que suponen el 50% del aforo del Apolo «se ha retrasado su posición 5 centímetros para dar más amplitud». De esta manera, se asegura, el público que pise el Apolo a partir de ahora «va a estar mucho más cómodo», un cambio que también se ha extendido al graderío del primer anfiteatro, una de las zonas que más problemas de espacio ha dado. Se mantienen las seis filas pero se ha conseguido «una mayor amplitud, dejando un espacio similar al que hay en el patio de butacas», señala la concejala de Cultura, Montse Cantera. La prueba de fuego será este viernes, cuando el Teatro reabra sus puertas. Será entonces cuando se verá si sigue o no habiendo quejas de espectadores por tener las rodillas pegadas a la butaca de delante y sin posibilidad de mover las piernas, como algunos aseguraron haber estado durante las representaciones.

Las butacas que no se han movido ni un centímetro son las más de 230 que hay en el patio de butacas, donde los informes que se realizaron no aconsejaban hacer ningún cambio. «Solo se han modificado en los laterales y en los anfiteatros», confirma la edil.

Más visibilidad

Con estos cambios, el Teatro Apolo, que se inauguró el pasado 8 de mayo, será mucho más cómodo y, a partir de ahora, los espectadores también tendrán mejor visibilidad. En este sentido, también se han tenido en cuenta las aportaciones del público y se ha decidido elevar todos los asientos de los laterales del patio de butacas y de los tres anfiteatros 4 centímetros. De esta manera, se conseguirá que la mirada del público hacia el escenario «libre la barandilla» respetando, por otro lado, las medidas de seguridad existentes. Desde Cultura se confía en que esta solución sea la definitiva y se valora que «se pueda mantener el aforo del Teatro, sin quitar ni una sola butaca».

También se ha aprovechado el cierre estival del Apolo para completar su equipamiento con la plataforma que se ha instalado bajo el escenario y que permitirá adaptarlo a las características de cada función. De hecho, la plataforma tiene tres niveles: foso, platea y escenario, permitiendo la actuación de una orquesta musical retirando, eso sí, las tres primeras filas del patio de butacas. Su instalación ha supuesto un coste de 90.000 euros.

La apertura del Teatro Apolo y el traslado allí de la mayor parte de la programación teatral deja en el aire el futuro del salón de actos de la Casa de Cultura, relegado ahora a un segundo plano. Desde la concejalía del área se matiza que  el salón de actos «seguirá teniendo actividades», como es el caso del cine de Otros Ojos, y de las actuaciones de grupos mirandeses, por lo que habrá más disponibilidad de fechas para organizar actuaciones o eventos.