Poner en valor el patrimonio, sea arqueológico -como en este caso-, o de otro tipo, conlleva la inherente labor de conservación posterior. Algo de lo que ha adolecido el yacimiento arqueológico de Arce Mirapérez desde que a finales del año pasado la Junta de Castilla y León acabara con las obras de acondicionamiento y puesta en valor de los importantes restos encontrados en las prospecciones realizadas con motivo de la construcción del vial de acceso al polígono de Ircio.
Desde que se habilitara la zona visitable a través de dos caminos laterales y una pasarela central, el mantenimiento había sido nulo, y la zona, en poco tiempo, se vio invadida por diversos tipos de plantas que han crecido sin control entre los restos de las construcciones de épocas romana y celtibérica que los arqueólogos descubrieron.
Un daño doble, ya que no solo afectaba a la estética del lugar, impidiendo además su visita y la apreciación de los retos, sino que igualmente estaba empezando a generar daños en los propios elementos encontrados, ya que las raíces se iban abriendo camino entre los muros de mampostería de lo que fueron edificios y murallas.
Así que el Ayuntamiento ha optado por acometer unos trabajos de limpieza en al zona, eliminando la gran cantidad de hierbas y plantas que habían proliferado a lo largo y ancho del espacio arqueológico, que si bien fue intervenido por parte de la Junta, ahora queda en manos municipales a la hora de promocionarlo, conservarlo y enseñarlo.
De esta manera vuelven a apreciarse con nitidez los restos constructivos conservados en el yacimiento, como los de algunas viviendas, parte del trazado de las calles, algunos depósitos y zonas en las que estaban los muros defensivos. No obstante la visión es aún parcial, ya que la pasarela metálica interior que se instaló para poder visitarlo tiene el acceso cerrado.
Por el momento el Ayuntamiento no ha decidido qué hacer con este nuevo espacio que refleja el patrimonio arqueológico de la ciudad, y aunque en su día planteó la posibilidad de hacer visitas guiadas a través del Centro de Interpretación de Miranda Antigua, lo cierto es que nada se ha hecho en su promoción y difusión. Del mismo modo el cierre aplicado a la pasarela impide leer todos los paneles informativos colocados en los extremos en los que se detallan las fases de ocupación y algunos elementos conservados.
Para que el emplazamiento mantenga de forma habitual un estado de conservación aceptable sí que se ha previsto hacer un mantenimiento periódico. En especial se limpiarán las malas hiervas y las plantas que crezcan en el entre los restos, y se utilizarán algunos herbicidas que frenen su proliferación. Lo que también se ha realizado es la limpieza de la enorme pintada que hace meses uno o varios desconocidos realizaron en la zona del vial, justo en uno de los bloques de cemento que soportan las plataformas. Una pintada de varios colores que ocupaba prácticamente la misma longitud del yacimiento.
Desde el área de Obras y Servicios han realizado una limpieza y el pintado posterior de la superficie dañada, devolviéndole el color del hormigón. Para hacer la pintada, los autores tuvieron además que adentrarse en la zona excavada, aunque visualmente no se han apreciados daños ni otras pintadas que afecten directamente a los restos existentes.