Las principales páginas webs de ocio venían realizando desde comienzos de año la venta de entradas para acudir a un festival de música techno y psytrance «con una espectacular decoración, con grandes actuaciones en directo y dj sets en una zona de Burgos donde hay un maravilloso paisaje y siempre en contacto con la naturaleza para hacer que este festival sea único». El lugar donde se anunciaba en la mayoría de los sitios webs era Medina de Pomar y los días, el 11, 12 y 13 de septiembre próximos. Desde el pasado viernes aparece como «evento cancelado», pero DB ha podido saber que sí se vendieron entradas para el festival, que comenzaron costando 15 euros hasta marzo y subieron a 30 euros a partir del 29 de junio.
El único organizador del evento que se conoce pidió permiso hace apenas dos semanas para celebrarlo, no en Medina, sino en una finca particular de Valmayor, en la Merindad de Cuesta Urria. Parece cuando menos curioso querer organizar un evento en un pueblo deshabitado al que solo se puede llegar por un camino de tierra de varios kilómetros, por el que muy difícilmente podrían circular los camiones necesarios para transportar todo lo que requiere un festival de estas características. Lo iban a abrir los españoles Óscar Marino y Rucha Veiga y supuestamente iba a contar con hasta 40 actuaciones durante sesenta horas ininterrumpidas de música. El cartel también prometía zona de acampada libre, espectáculos, comercios y bares.
Nadie acudió al Ayuntamiento de Medina de Pomar a solicitar autorización alguna y por ello, el Consistorio decidió anunciar en agosto que nada sabía de este evento fantasma que solo era real en internet. Entonces apareció el supuesto promotor del evento para aclarar que sí se iba a celebrar, pero en Valmayor, y se le explicó que esa aldea pertenece al vecino municipio de la Merindad de Cuesta Urria, a unos seis kilómetros de Medina. El pasado día 21, un ciudadano de nacionalidad extranjera que aportó una dirección postal de Villarcayo, acudió a su Consistorio, en Nofuentes, para solicitar autorización para el evento. Apenas quedaban unas semanas para tres días con los mejores Dj’s del momento y lo único que presentó fue una hoja de papel con unas pocas líneas sobre el festival en el que se pedía que se tramiten todos los permisos oportunos. Ni un seguro de responsabilidad civil, ni un plan de seguridad y evacuación, ni una autorización de la propiedad del terreno. Nada acompañaba la petición y el Consistorio de Cuesta Urria contestó de inmediato requiriendo toda la documentación necesaria y añadiendo que «ya no había tiempo material para obtener los permisos» aún en el caso hipotético de que se les presentaran los documentos. Además, el hecho de que la ley prohíbe las acampadas a menos de 400 metros de un monte ante el riesgo de incendio también hace inviable la celebración del festival que nunca recibiría la autorización de Medio Ambiente.
En 2014
Hay un teléfono móvil al que nadie contesta y desde luego ningún documento ha llegado al Ayuntamiento de Cuesta Urria, al que el festival solo le ha dado quebraderos de cabeza. Su alcalde, Alfredo Beltrán, ha puesto los hechos en conocimiento de la Guardia Civil ante el temor a una posible estafa y a que el festival se celebrara sin autorización. Lo curioso del caso es que Drops of Love también se iba a celebrar en septiembre de 2014 en Villarcayo.Lo anunciaban carteles por Las Merindades, pero tampoco llegó a ser realidad. Sin duda, es el festival fantasma de cada verano.