El túnel Atocha-Chamartín llega a su recta final y abre el abanico de destinos AVE desde la región

Pablo Álvarez / Valladolid
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Renfe tendrá que definir los trenes pasantes una vez que Adif concluya las obras que en estos momentos se encuentran en ejecución para la electrificación, señalización y seguridad

El AVE ha revolucionado la comunicación ferroviaria de Segovia, Valladolid, Palencia, León, Zamora y Salamanca con Madrid. Pero la continuación del viaje directo al resto de los destinos de Alta Velocidad del resto de España se encuentra con un obstáculo que está a punto de desaparecer. Los trenes procedentes de Castilla y León paran en Chamartín mientras que los del que dan servicio al resto de España tienen parada y salida en la estación de Atocha. Apenas siete kilómetros en línea recta que han impedido, hasta ahora, coger un tren en León y llegar, por ejemplo hasta Sevilla. Pero este tapón se terminará este año con la puesta en servicio del túnel que comunica las dos principales estaciones madrileñas. 
  La infraestructura subterránea se encuentra en la fase final de la ejecución de las obras, con la instalación de la señalización, los sistemas de seguridad para la alta velocidad y la electrificación. Unos trabajos adjudicados el pasado mes de mayo, según precisaron ayer fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que evitaron pronunciarse sobre los plazos para la puesta en servicio, aunque sí avanzaron que el ritmo es bueno. 
La puesta en servicio de los túneles abrirá a los viajeros de Castilla y León un amplio abanico de destinos directos hacia el sur y Levante sin necesidad de transbordos y sólo con una parada en Chamartín. Además posibilitará la llegada de turistas de otras ciudades AVE.
 
Definición de la oferta. Renfe, que es quien explotará finalmente el servicio de viajeros, todavía no tiene definidos cuáles serán los trenes pasantes con la apertura del túnel. La base de estas conexiones sería un estudio encargado por Adif a la consultora Tema Ingeniería sobre la rentabilidad del corredor noroeste y la conexión subterránea entre Chamartín y Atocha.
Por el momento sólo hay comunicaciones directas con Levante con trenes Alvia con origen en Gijón o Santander con destino Castellón (que para también en Valencia) y Alicante. También estuvo en servicio una opción hasta Cádiz pero Renfe decidió retirarla de la oferta por «criterios operativos». 
El problema con el que se encuentran estos viajes es que el paso por Madrid se prolonga casi una hora. Como describen gráficamente expertos en tráfico ferroviario consultados por este periódico: «es como si ahora fuésemos a Madrid en coche por autovía y para seguir hacia Alicante tuviésemos que callejear por el centro de la ciudad en lugar de coger la M-30 o la M-40». La operación que hay que realizar es compleja porque supone realizar un doble cambio de ancho en los ejes del tren para llegar hasta Atocha, que está diseñada como fondo de saco, y luego al salir de ella por vías normales, no de alta velocidad. 
En el futuro, los trenes pasantes de los corredores sur y este hacia los del noroeste tendrán únicamente parada en Chamartín y continuarán viaje pues en Atocha, por su configuración, no llegan a la estación, según explicaron fuentes del administrador. Así, un viajero de León podría estar en Sevilla en algo más de cuatro horas y media. 
Pero además del gran túnel bajo Madrid, se han llevado a cabo otras actuaciones vitales para ampliar la capacidad de los accesos ferroviarios Sur y Este a la capital de España. En concreto, se han instalado dos nuevas vías en el tramo Atocha-Torrejón de Velasco adicionales a las dos que ya prestan servicio actualmente, tanto a los corredores Madrid-Andalucía y Madrid-Levante.