El bulevar tendrá 4 carriles en las Rebolledas y un puente más bajo

C.M. / Burgos
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Todos los grupos políticos municipales alcanzan un acuerdo que permitirá que el vial tenga tráfico rodado hasta la avenida de Valentín Niño. Costará entre 3,5 y 4 millones de euros

La continuidad del tráfico rodado desde la Universidad hasta la avenida de Valentín Niño está garantizada. Todos los grupos municipales, PP, PSOE, Imagina y Ciudadanos, han llegado a un acuerdo para construir un vial de cuatro carriles a partir de la nueva rotonda del campus salvando el río, a la altura de las Rebolledas, con un nuevo puente de 1,5 metros de alto, 52 de largo y 26 de ancho. También dispondrá de dos aceras y un carril bici.

Se trata de una solución «intermedia» entre mantener el actual puente de los Ingleses, que era la propuesta del PPy que motivó el rechazo de los vecinos de la zona, y el proyecto planteado inicialmente por los arquitectos Herzog&De Meuron. La nueva solución tendrá un coste entre 3,5 y 4 millones frente a los 10 que alcanzaba la de los suizos y que se descartó por su elevado coste. De este modo, ya no se ejecutará la solución provisional acordada con los residentes de la zona de construir un vial verde que impedía el tráfico y que propició el rechazo de varias asociaciones vecinales.

La propuesta de consenso deberá concretarse en un proyecto que tendrá que recibir el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y serán los informes técnicos los que determinen la altura definitiva del puente, aunque se estima en 1,5 metros, para que el tráfico vaya descendiendo a ras de suelo y no perjudique a los vecinos de Las Rebolledas.

Está previsto que el proyecto se saque a concurso a finales de este mes o a comienzos de octubre para que pueda estar redactado a la mayor brevedad posible. El equipo redactor dispondría de entre dos y tres meses para este cometido y posteriormente tendrá que enviarse a la CHD.

Lógicamente, no será hasta finales del 2016 o principios de 2017 cuando se puedan ejecutar las obras dado que debe haber partida en los presupuestos municipales al ser una cuantiosa inversión. Se calcula que este tramo podría ser utilizado por unos 20.000 vehículos diarios.

Mejor para los vecinos

El concejal de Infraestructuras, Jorge Berzosa, principal impulsor de esta solución, aseguró que el proyecto cumple con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y el informe emitido por la CHD. «Hemos estimado que el puente tendría un caudal de metro y medio por encima de la calzada actual y se ajustaría a la rasante de la calle pero la altura final depende de los estudios hidráulicos. Pensamos que no tendría afecciones hacia los vecinos de la zona», indicó.

El Ayuntamiento rescindirá el contrato con Herrero-Temiño, la empresa que ejecutó el último tramo del bulevar, entre Cellophane y el Hospital del Rey, una glorieta y a la adecuación de una entrada en Valentín Niño hacia Camino de Villalón y Francisco de Enzinas.

Esta rescisión no tendrá ninguna consecuencias económica ni para la empresa ni para el Ayuntamiento, según aseguró el alcalde, porque se ha ejecutado la mayor parte de la obra y lo que queda pendiente estaría valorado en unos 200.000 euros. «La empresa cobrará prácticamente todo lo comprometido porque ha ejecutado obras no previstas».

El alcalde, Javier Lacalle, celebró el acuerdo entre todos los grupos políticos porque esta infraestructura permitirá garantizar «la movilidad» por el interior de la ciudad. Desde la filas socialistas, el concejal Antonio Fernández Santos, aseguró que la solución es «beneficiosa» para todos los burgaleses y recordó que las grandes obras «necesitan de acuerdos».

Gloria Bañeres, de Ciudadanos, subrayó que el acuerdo es «sensato y razonable». «Esperemos que el acuerdo no sea el único».

Finalmente, Raúl Salinero (Imagina) aseguró que la solución pone fin a una polémica vecinal. «Será una actuación definitiva y más barata que la prevista».