El retorno de la bajada

J.C.O. / Aranda
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La vuelta de las corridas de toros ha propiciado que de nuevo todas las agrupaciones de la localidad, dejando polémicas la margen, se hayan unido en la tradicional Bajada de las Peñas

Imagen de la subida a los toros de los miembros de la Peña La Ribera. - Foto: DB

Si hay un elemento realmente diferenciador de las fiestas de Aranda, ese es la populosa Bajada de las Peñas. Un multitudinario acto en el que agrupaciones festivas y público desfilan bailando al timo de las charangas desde la plaza de toros hasta el centro de la ciudad para allí sumergirse en las bodegas donde se invita a vino y limonada a los visitantes.

Tras unos años de tiras y aflojas con las agrupaciones festivas divididas, la controvertida vuelta de la feria taurina propició que ayer la tradición se retomara con fuerza con la participación de todas las peñas de la localidad que, dejando polémicas al margen y sin tener en cuenta si acudieron o no a los toros, decidieron sumarse decididamente a esta tumultuaria juerga que, pese a la suave lluvia que caía, concitó en retorno genuino a miles de curiosos a lo largo de todo el recorrido.

Pero la música de las charangas no fue lo único que se oyó en la jornada de ayer. Aquellos que no son amantes de los tauromaquia y fruto de una iniciativa que nació hacia cinco años como alternativa a la suspensión de las corridas de toros, pudieron disfrutar en el parque María Pacheco de la primera entrega de la Feria de la Música a cargo de unos divertidísimos Fatty Farmers. Un numeroso combo toledano que hizo saltar y bailar al respetable con su frenética mezcla de rock, punk y folk irlandés al más puro estilo de The Pogues. Eso sí, sus componentes tuvieron que tirar de fregona para retirar del escenario el agua que descargó una inoportuna nube que puso en riesgo la actuación.

A nivel musical, la Concejalía de Festejos introdujo ayer otra novedad, que tendrá continuidad hoy lunes, la organización de un animado baile vermú en la plaza de la Constitución, si bien dadas las altas temperaturas la gente buscaba mayoritariamente la sombra y entre el público mayor se reclamaban más pasodobles en lugar de tanto repertorio dedicado a los más pequeños.