Multitudinario y caluroso día de la función

J.C.O. / Aranda
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Aprovechando el buen tiempo miles de arandinos se acercaron ayer hasta la ermita de la Virgen de las Viñas para arropar a su patrona en la procesión alrededor del templo

El buen tiempo propició que miles de arandinos se acercaran hasta la ermita para acompañar a la Virgen de las Viñas en su recorrido alrededor del templo. - Foto: DB

Fiel a su mágica cita anual, el sol lució ayer  domingo por la mañana resplandeciente para iluminar, como marca la tradición ya que el amago de lluvia se aplazó hasta la tarde, la jornada grande de las fiestas patronales de la capital ribereña, bautizada a nivel popular como el Día de la Función, quizás porque .  

Aprovechando el buen tiempo miles de arandinos se acercaron hasta la ermita de la Virgen de las Viñas para asistir a la misa y acompañar posteriormente en procesión a la patrona en su recorrido alrededor del templo. Una multitud que se encontró con sorpresa que el agua de la fuente de la explanada amaneció teñida de rojo y hubo quien llegó a pensar de sus caños manaba vino.

Un año más el templo resultó insuficiente ante la exaltación de fe y devoción de los arandinos que acudieron a la celebración eucarística  que presidió el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, y concelebraron los sacerdotes representantes de la parroquias arandinas y de las comunidades religiosas implantadas en la localidad, y numerosos fieles se vieron obligados  a seguir la misa desde el exterior.

Coincidiendo con la celebración de Las Edades del Hombre, en su homilía monseñor glosó los numerosos vínculos de la Virgen con la Eucaristía y advirtió, como propósito, que la vida de los fieles debe estar vinculada a este sacramento «y es imprescindible que participemos en la misa todos los domingos y fiestas de guardar porque un domingo sin eucaristía no es un domingo cristiano».

A la celebración, junto a una amplia representación de la sociedad arandina, encabezada por una amplia representación municipal   y entre la que se incluían el pregonero, Carmelo de la Fuente, la reina y damas de las fiestas, Elena Blanco y Beatriz García, Ana Belén Alcaldes y Aída Miguel, o el atleta Juan Carlos Higuero, medalla de oro de la ciudad, se sumaron otras autoridades como los diputados nacionales Máximo López y Sandra Moneo, los senadores Alfredo González Torres, la procuradora regional Soledad Romeral o el diputado provincial Ángel Guerra.

Finalizada la Eucaristía y tras entonar el Himno a la Virgen de las Viñas, de Antonio Nebreda, que volvió a interpretar un año más el Orfeón Arandino Corazón de María que, bajo la dirección de Juan Carlos Andrés Brogeras, estuvo a cargo de los cánticos litúrgicos, el público esperó expectante bajo un solo de justicia a que la imagen de la patrona montada en su carroza dorada tirada por ángeles saliera por la puerta posterior de la ermita para  procesionar en torno al templo.

Como marca el protocolo, abría la comitiva el estandarte de Nuestra Señora de las Viñas, seguido de los del resto de estandartes de las diferentes cofradías de la localidad acompañados a ambos lados en paralelo por numerosas personas que quisieron arropar a la patrona ataviados con vistosos trajes regionales.

Tras ellos la Banda Municipal Villa de Aranda, que puso la banda sonora a la procesión y, justo antes de la carroza con la talla de la Virgen, los miembros de la Junta y Consejo de la Cofradía de Nuestras Señora de las Viñas, que cuenta casi con 5.000 socios y desde 1932 se encarga de estos oficios religiosos.

Tras la imagen de la patrona, su camarera, el presidente, secretario y tesorero de su cofradía el oficiante de la misa mayor y el resto de concelebrantes, las autoridades civiles y militares y, cerrando filas, un sinfín de representantes de las diferentes asociaciones, peñas y colectivos de la ciudad.

SALVE FINAL. Miles de fieles contemplaron el paso de la procesión a lo largo de todo el recorrido hasta que de vuelta de nuevo a la ermita se dio la vuelta a la carroza y enfiló de nuevo hacia el santuario entre los vítores del público para culminar  con el canto del Virgen Santa de las Viñas y la salve.

La jornada discurrió sin incidentes reseñables y la normalidad  retornó al mercadillo de los vendedores ambulantes habilitado este año en las nuevas calles del Sector Centro Cívico que el día anterior protagonizaron entre las 12:30 y las 14:00 horas una protesta entorpeciendo el tráfico del Barrio Allendeduero circulando a un ritmo lento con sus furgonetas molestos con la nueva ubicación y reclamando que se les volviera a permitir instalar sus puestos en la plaza de la Hispanidad.