Ha pasado más de un año y medio desde que el Gobierno turco y la guerrilla Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunciasen el inicio de unas negociaciones de paz para poner fin a las más de tres décadas de conflictos entre ambos y, por ello, en marzo de 2013, firmaron un alto el fuego. Sin embargo, esa tregua se rompió el pasado lunes, después de que el Ejército de Ankara bombardease posiciones de la prohibida agrupación en el sureste del país, tal y como informaron ayer medios nacionales, sin que, al cierre de esta edición, el Ejecutivo se hubiese pronunciado al respecto.

Según detallaron algunos periódicos otomanos, citando fuentes del Estado Mayor, las tropas atacaron Daglica, situada en la montañosa provincia de Hakkari, cerca de la frontera con Irak.

Al parecer, la cúpula militar justificó su actuación alegando que sus objetivos habían estado involucrados en «asesinatos, incidentes armados y ataques a las Fuerzas de Seguridad» en los últimos días.

El ala armada del grupo kurdo apuntó que dos posiciones de la milicia fueron bombardeadas el pasado lunes en Daglica, donde se enfrentaron soldados turcos y combatientes del PKK. 

La agencia Firat, cercana al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, señaló que primero el Ejército atacó posiciones de los insurgentes con morteros y obuses, a lo que siguieron combates que duraron tres horas. Después, los militares continuaron con su ofensiva con aviones de combate desde el aire. 

Sin embargo, otros medios turcos, como el diario Hürriyet, indicaron que las tropas bombardearon posiciones del PKK con aviones F16 y F4 después de que los rebeldes kurdos atacaran una comisaría en Daglica. La milicia sufrió «graves pérdidas», según fuentes oficiales, que agregaron que los supervivientes huyeron. 

La cúpula militar no confirmó por el momento la ofensiva y se limitó a decir que «terroristas» atacaron a las Fuerzas de Seguridad entre otros lugares en Hakkari. 

Se trata del primer bombardeo contra el grupo kurdo desde que se declarara un alto el fuego en marzo del año pasado. El PKK está considerado organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. 

Al parecer, la tensión se ha incrementado en las últimas semanas por la lucha internacional contra el Estado Islámico (EI) y las acusaciones de la milicia contra el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan por no intervenir para evitar que los yihadistas sunitas tomen la ciudad sirio-kurda de Kobane, situada cerca de la frontera con Turquía, y perpetren una inminente masacre contra esa población. Ankara, además, se niega también a apoyar militarmente a los kurdos que combaten contra el EI o a establecer un corredor por el que puedan llegar desde otras regiones combatientes a Kobane. Todo, según indicaron fuentes gubernamentales, por la estrecha vinculación del PKK con las Unidades de Protección Popular (UPG) kurdas que luchan en Siria.

Ante el silencio del Gobierno turco, el líder de la milicia, Abudulá Öcalan, sí se pronunció con respecto a esta ruptura de la tregua y advirtió de un fin del proceso de paz si el EI perpetra una masacre en Kobane. Según medios locales, Öcalan había dado a Ankara de plazo hasta hoy para salvar el proceso de paz. 

A pesar de las divergencias con el Ejecutivo central, el dirigente insurgente, que se encuentra en prisión, había llamado a los suyos a evitar la violencia en las calles y a «intensificar los contactos» para no romper el alto el fuego, aunque ahora ya da casi por hecho que dicha tregua es ya historia.

 

continúa el asedio. Mientras tanto, la coalición internacional llevó a cabo nuevos ataques aéreos contra el Estado Islámico en Siria en apoyo de los combatientes kurdos: según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, fueron atacadas al menos tres posiciones de los yihadistas en el este de Kobane. 

Los enfrentamientos por el control de la ciudad continuaron con dureza. Gracias a los bombardeos de los aliados, los milicianos pudieron recuperar una estratégica colina situada a siete kilómetros de los límites de la localidad, según apuntó Idris Nassan, viceportavoz de Asuntos Externos de la localidad. 

Asimismo, aviones de combate del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, llevaron a cabo 100 ofensivas aéreas contra tropas de la oposición en las últimas 24 horas, tal y como agregó el Observatorio. 

Por su parte, en Washington, los líderes militares de más de 20 países continuaron con sus deliberaciones sobre el procedimiento a seguir contra el grupo extremista y para hallar una estratregia a largo plazo contra los terroristas sunitas en Irak y Siria y, previsiblemente, las conclusiones se darán a conocer hoy.