Carcedo acoge el primer centro de terapias asistidas con animales

I.P. / Carcedo de Burgos
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El proyecto Mil Encinas, gestionado por Pablo González y Sara Burgos, es el único en la región que trabaja con caballos, perros y gatos

Carcedo de Burgos acoge desde hace apenas veinte días el primer centro de referencia en Castilla y León de terapias asistidas con animales. Está gestionado por dos profesionales que llevan trabajando en este tipo de tratamientos desde hace años, Pablo González y Sara Burgos, que han constituido la Asociación Mil Encinas para llevar a cabo este proyecto, que cuenta ya con una veintena de pacientes, quienes durante una hora a la semana acuden a las instalaciones para trabajar con caballos, perros y hasta con un gato. Esos son 'instrumentos de trabajo' con los que Pablo y Sara cuentan en el centro, que se ha levantado en una parcela de 6.000 metros cuadrados que dan cabida a una sala de espera para familiares y educadores que acompañan a las personas que reciben la terapia; un aula de 70 metros cuadrados para sesiones grupales, talleres, coloquios y proyecciones; una oficina; el guardarnés con los aperos de los animales y otros materiales de trabajo; las cuadras, una pista cubierta y dos baños adaptados. El proyecto ha supuesto una inversión de 130.000 euros en sus dos primeras fases y en un futuro se completará con más servicios.

La experiencia acumulada durante años por estos dos profesionales la concentran ahora en el centro de Carcedo en sesiones de una hora a la semana, aunque con la mayoría de pacientes ya trabajaban anteriormente. Las personas que acuden a las instalaciones tienen edades entre los dos años y medio y los 30. Se trabaja tanto desde la óptica terapéutica como la de ocio, porque además de los beneficios que tienen los animales en los pacientes, también se incide en el cariño y el respeto a éstos, en valores como la socialización, el compañerismo e incluso algo tan básico y elemental como la higiene, sin olvidar la superación del 'miedo a los animales'.  El centro está abierto además a rutas a caballos, paseos, fiestas de cumpleños y pretenden abrirse a residencias de ancianos o asociaciones asistenciales para que se beneficien de este tipo de terapias.  

En cuanto al trabajo terapéutico, las principales patologías que se trabajan y en las que los animales actúan como el vínculo entre el terapeuta y el paciente, son: parálisis cerebral, discapacidad intelectual, enfermedades raras, problemas físicos y de movilidad, esclerosis o problemas de conducta y lenguaje. Todas esas patologías están incluidas en el manual DSM-V, explica Sara que, entre otras titulaciones, es terapeuta, psicopedagoga y tiene un máster en terapia con caballos. Pablo, por su parte, es terapeuta y adiestrador de animales.

       Los dos caballos con los que se realiza la terapia asistida son Rayito y Vilma; Pipo, Pistón y Camilo son los perros y Zarza, la gata. Trabajar con un animal u otro no surge al azar, sino que se elige tras una primera entrevista con el paciente y la evaluación de su patología; en función de éstas se diseña el contenido de las sesiones, las formas de trabajar, los materiales y el animal más adecuado para estimular y motivar a cada paciente en esa superación de sus carencias, problemas y hasta autoestima.