El calor se lleva dentro

DB / Burgos
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El Carnaval da la espalda al viento y la amenaza de lluvia con un multitudinario Chocobizco en el que se repartieron mil raciones de chocolate apto para celíacos. La queimada de La Flora deja paso hoy al entierro de la sardina

La lluvia -o su amenaza- no es suficiente para suspender el Carnaval. Ni lo fue ayer con el Chocobizco y la queimada popular, ni lo será hoy con el chocolate en Gamonal o el entierro de la sardina -salvo que sea un diluvio lo que quiera apagar el fuego de medianoche-. Eso en cuanto al agua, porque al frío en Burgos no le teme nadie; y el calor, para el que no lo lleve puesto, se le suministra en forma de dulce, bebida caliente o bailes alrededor de la discomóvil.

Ayer es verdad que el Chocobizco contaba con los soportales de la Plaza Mayor para guarecerse si la tormenta hubiese arreciado; en cambio hoy en la plaza de Santiago habrá dos carpas para repartir las raciones, pero fuera de ellas la protección queda supeditada a los paraguas y gorros particulares.

De momento ayer salvaron y la actividad volvió a resultar multitudinaria. En la Plaza Mayor se repartieron mil raciones de chocolate apto para celíacos y se repartieron otros tantos bizcochos, con o sin gluten, porque en la distribución de las galletas colaboraron los miembros de la Asociación de Celíacos Burgos. Como en años anteriores, la actividad se realizó con la colaboración de la empresa Ausolan Igmo.

La única condición para degustar la merienda caliente era asistir disfrazado. En el reparto del chocolate hubo tiempo para contemplar a unos peluqueros que se movían al ritmo de los años 70 mientras explicaban el orden de la actividad y el modo de proceder con los residuos generados.

Apenas media hora más tarde comenzó en La Flora el concurso de disfraces que organiza todos los años la Asociación Burgos Centro y Cía. Y en ese mismo entorno, patrocinada también por los establecimientos de la zona, se desarrolló el ritual de la queimada.

Una sardina inglesa

Pero aún queda la última jornada, la del vermú, velatorio, entierro y quema de la sardina. Este año la Asociación de Artistas Plásticos de Gamonal ha creado un pez de 13 metros que descuenta las horas que le quedan desde el reloj del Big Ben. La sardina de 2016 atraviesa la torre del palacio de Westminster, aunque en su interior lo único que hay son 150 kilos de paja y poliespán para que arda a gusto.