Era una cuenta pendiente, y aunque no se saldará por completo hasta que no se consiga la ansiada ampliación, el Museo de Burgos ya exhibe desde ayer una sala dedicada íntegramente al pintor Luis Sáez. Aunque reducida, esa muestra es una poderosa prueba del magnífico fondo que el artista de Mazuelo de Muñó legó en vida a la pinacoteca burgalesa. Con ocho óleos, dos grabados y seis dibujos, tan escueta antológica da idea del exuberante y complejo universo del artista, la evolución que registró tanto en el dominio del dibujo como de su propia obra, con composiciones que van del cubismo de los años 50 a la abstracción de los años 60 para desembocar en los cuadros que mejor definen e identifican a su autor, los del estilo que le reportó fama nacional e internacional: esas composiciones ya figurativas que, con el concepto de bodegón, exhiben cuerpos humanos transfigurados, mutilados, atravesados... Cuadros crueles y hermosos a la vez, angustiosos y llenos del pálpito del genio.

Se exponen también tres lienzos de menor formato realizados en su última época, en la primera década del siglo XXI, que aunque mantienen las constantes de ese cosmos único ya no muestran esos cuerpos lacerados, sino objetos bien domésticos, bien imaginarios, que en esa serie, por primera vez, se abren a un paisaje exterior. Los grabados escogidos para la muestra demuestra el virtuosismo de Sáez en esa disciplina. Esta es la primera de una serie de exposiciones temporales que sobre Luis Sáez, y hasta que sea realidad la citada ampliación, se exhibirán en el Museo de Burgos, como señaló durante la presentación de la nueva muestra de pintura de los siglos XIX y XX la directora del centro, Marta Negro.

«La intención es dedicarle más espacio a Luis Sáez cuando se disponga de él.Ahora hemos dispuesto un espacio que consideramos suficiente y donde tenemos la intención de rotar distintas obras.Es la primera vez que se exponen dibujos del artista que no se han visto nunca o algunos de sus últimos cuadros, los que hizo al final de su vida, por ejemplo. Y nuestra intención es ir haciendo exposiciones temporales, posiblemente monográficas. La idea es enseñar todo el fondo de Luis Sáez y, a la larga, poder exponerlo todo de manera permanente. Queremos publicitar su legado porque eso es lo que prometimos y nadie se lo va a llevar».