El ADN nuclear fija la conexión entre los habitantes de la Sima de los Huesos de Atapuerca y los neandertales

Europa Press
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"hemos esperado muchos años hasta que las técnicas paleogenéticas han avanzado lo suficiente como para que se produzca este pequeño milagro", señala el director científico del MEH, Juan Luis Arsuaga

Un estudio de ADN nuclear de hace 430.000 años ha permitido establecer la conexión entre los habitantes de la Sima de los Huesos de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y los neandertales.

El análisis lo han realizado los genetistas Matthias Meyer y Svante Pääbo en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, donde a través del estudio de un fémur se ha podido relacionar a los habitantes del enclave burgalés con los neandertales.

Tras más de dos años de trabajo, los científicos han logrado obtener varios fósiles de este yacimiento en condiciones de máxima asepsia y han podido secuenciar el ADN de dos dientes, un fémur y un fragmento de escápula, según se explica en el artículo publicado en la revista 'Nature'.

El líder de esta investigación y primer autor del artículo, Matthias Meyer, ha precisado que el ADN recogido tiene 430.000 años de edad, por lo que su recuperación ha sido una "hazaña". "Realmente estamos llegando a los límites de lo que es posible", ha apuntado a la publicación Ludovic Orlando, investigador del Museo de Historia Natural de Copenhague. Por su parte, la paleontóloga de la Universidad de Londres María Martinón-Torres, ha descrito el logro como un hecho de "ciencia ficción".

El proceso de investigación comenzó en 2013 con la secuenciación del genoma mitocondrial del fémur. Fue entonces cuando se sugirió que al menos una persona identificada a partir de los restos estaba más estrechamente relacionada con el grupo llamado Denisovanos, a pesar de la distancia a la que se encuentra el sur de Europa y Siberia, en donde se descubrió esta especie.

Los cráneos de homínidos de la Sima muestran los comienzos de un prominente arco superciliar, así como otros rasgos típicos de los neandertales, pero otras características y las incertidumbres en torno a su edad -algunos estudios las sitúan en 600.000 años y otros más cercanos a 400.000- convenció a muchos investigadores que en su lugar podrían pertenecer a una especie más antigua conocida como Homo heidelbergensis.
Esta confusión alcanzó su punto máximo cuando Meyer y su colega Pääbo revelaron la conexión mitocondrial de los homínidos de Denisova, pero esperaban que la recuperación de ADN nuclear de los esqueletos, que permite conocer muchas más líneas de ascendencia que el ADN mitocondrial porque se hereda exclusivamente de la línea materna, podría aclarar las cosas. Y así fue.

 

La recuperación nuclear y el genoma mitocondrial. Ahora, los científicos han logrado recoger ADN nuclear y mitocondrial de cinco muestras de la Sima, que probablemente representa a diferentes individuos. Un factor clave del éxito de esta investigación, según ha apuntado Meyer, es que en el año 2006 los arqueólogos refrigeraran cuidadosamente los dientes y el tejido de un omoplato de la fosa para preservar el ADN antiguo, a la espera de que las técnicas de análisis molecular avanzaran.
De este modo, se ha podido confirmar que los homínidos de la Sima de los Huesos son, de hecho, los primeros neandertales. Su edad sugiere que los primeros antecesores de los humanos divergieron de los neandertales hace entre 550.000 y 765.000 años, unas cifras demasiado altas para haber sido Homo heidelbergensis, como algunos habían planteado.

 

"Un pequeño milagro". El director científico del Museo de la Evolución Humana de la capital burgalesa y uno de los autores del estudio publicado, Juan Luis Arsuaga, ha señalado que "hemos esperado muchos años hasta que las técnicas paleogenéticas han avanzado lo suficiente como para que se produzca este pequeño milagro".
Arsuaga ha explicado que, durante años, se ha excavado "con el máximo cuidado y enorme lentitud" para no contaminar los fósiles con el ADN de los propios paleontólogos y, aunque ha reconocido que se ha tratado de un trabajo "muy exigente", ha remarcado que "merece la pena".