El año hidrológico arranca con «cierta tranquilidad» aunque la CHD sugiere más regulación

Ical
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El organismo advierte de que «habrá que administrar el agua con prudencia» en otoño porque si el año es seco será difícil regar

Riego en una plantación de maíz de la Comunidad. - Foto: Ical

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), José Valín, insistió ayer en apostar por nuevas regulaciones en Castilla y León, ante «las limitaciones de una serie de embalses» y constató que «si viene un año secó no podríamos regar». «No tenemos ninguna regulación plurianual y eso exige que nos tengamos que atener a las consecuencias. Si hubiéramos tenido 500 hectómetros cúbicos más, podríamos haber almacenado esa cantidad dotándonos de seguridad y tranquilidad para el abastecimiento», puntualizó el máximo responsable del organismo de cuenca, que aseveró que se deben acometer las actuaciones incluidas en el Plan Hidrológico de la cuenca, con tres regulaciones en el Carrión, dos en el Órbigo y otras tantas en el Eresma.
 
Valín afirmó que desde el organismo de cuenca afrontan el nuevo año hidrológico, que arranca mañana «con cierta tranquilidad», pero asumiendo que la situación de los embalses «no es para tirar cohetes». Valín precisó que los embalses de la Cuenca, se encuentran al 41 por ciento de su capacidad, lo que supone aproximadamente cinco puntos más que la media de la última década, pero tres menos respecto a los niveles registrados el año pasado. «Estamos mejor que la media de los últimos diez años, pero no es una situación excepcional», dijo a Ical.
 
Valín advirtió de que la situación no es igual en todos los sistemas, con unos datos peores para los embalses del Sistema Carrión (Camporredondo y Compuerto) y Barrios de Luna, en León, entre los grandes, que están por debajo del 30 por ciento. En este contexto, advirtió de que «habrá que administrar el agua con prudencia».
 
Comisiones. En este sentido, anunció que celebrarán comisiones de desembalse el 10 de octubre, para fijar con las distintas entidades los niveles de resguardo de cara la próxima campaña. Al respecto, recordó que «las aguas de otoño, salvo circunstancias excepcionales casi nunca llenan los embalses, porque encuentran la tierra muy seca tras muchos meses sin llover, y ésta absorbe gran cantidad». «Los embalses no crecen en otoño y hay que ser muy cuidadosos, porque se llenan en primavera o invierno», apostilló.
 
Valín repasó la situación de las distintas zonas y precisó que la que peor está es la del Sistema Carrión, con dos embalses que en su conjunto no llegan al 23 por ciento, frente a la media del 24,1 por ciento de la última década; y 3,5 puntos por debajo de sus niveles en 2013, porque «este año ha habido bastante regadío, cultivo verde». En cuanto a los embalses de León, concretó que Barrios de Luna está al 24 por ciento, lo que «es poco», pero supera la media de los últimos diez años, que está entre el 17 y el 18 por ciento; y la del ejercicio anterior por estas fechas, del orden del 21 por ciento. 
 
 En cuanto a Villameca, sobre el río Tuerto, mejora los dos parámetros al estar al 20%, mientras que Riaño se sitúa al 39 por ciento, frente al 36 de media de la última década. Las Cogotas, en Ávila, está al 39 por ciento, por encima del 35 por ciento de la media de la última decada, pero peor que en 2013. Por lo que se refiere a la regulación del Arlanza, en Burgos, está al 62,8 por ciento, frente al 60,8 por ciento de la media de diez años, y el 68,7 por ciento del ejercicio anterior. Por lo que respecta al Sistema Pisuerga (Requejada, Cervera y Aguilar), sus embalses se encuentran al 41,8 por ciento de su capacidad, frente al 30,8 por ciento de la media de la última década; y al 47,2 por ciento del año pasado.
 
Mejor aspecto presentan los embalses de Salamanca, Santa Teresa y Águeda, que están en su conjunto al 55,8 por ciento, frente 44,1 por ciento de la media de los últimos diez años, y también por encima del 45,7 por ciento de 2013. Por último, Linares del Arroyo, Riaza y Pontón Alto, los embalses de Segovia, se sitúan en el 45,1%, por debajo de la media de la última década y del pasado año, mientras que Cuerda del Pozo (Soria) está al 51,2 por ciento, mejor que los últimos diez años, pero peor que en 2013.