Un estudio urge a desescombrar las cubiertas ya hundidas de Rioseco

A.C. / Rioseco
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La parroquia afrontará esta obra, porque el peso de los materiales y los árboles pueden dañar a las bóvedas de la iglesia y sala capitular, que necesitan 237.517 euros para restaurar sus tejados

Una vista aérea de Santa María de Rioseco tomada este verano permite ver la gran cantidad de maleza y árboles que crecen en las cubiertas. - Foto: Guillermofotog

 
El arquitecto Félix Escribano se ha convertido en un voluntario más del movimiento Salvemos Rioseco y ha elaborado una memoria previa al proyecto de restauración de las cubiertas de la iglesia, la Sala Capitular y la cilla del monasterio de Santa María de Rioseco, un trabajo que podría elevar su coste a 237.517 euros, según los primeros cálculos. En sus primeras conclusiones, Escribano urge a que se eliminen de los casi mil metros cuadrados de techumbre existentes la maleza y  todos los restos de tejas y de la estructura hundida que ahora se amontonan sobre las bóvedas, porque el peso de todos estos elementos podría causar graves daños en las mismas. El párroco, Juan Miguel Gutiérrez, anunció ayer que se llevará a cabo esta medida de urgencia a «corto plazo» atendiendo a la recomendación de Escribano y hasta que se cuente con una ayuda que haga posible la recuperación completa de las cubiertas.
El estudio advierte que algunos árboles que han crecido en las cubiertas «pueden empujar las bóvedas», por lo que urge realizar estos trabajos que podrían costar entre 12.000 y 15.000 euros. Para afrontarlos la parroquia cuenta con los ingresos que va obteniendo con los donativos que aportan los miles de visitantes del monasterio y la venta de productos de merchandaising y de publicaciones, como el libro Santa María de Rioseco. El monasterio evocado, de Esther López Sobrado que ha donado todos sus ingresos al monasterio y se reeditará actualizado próximamente tras agotar su primera edición.
El atractivo del monasterio es una evidencia que las cifras demuestran año a año. Si en 2012, el primer año de apertura del cenobio con visitas guiadas sumó 2.000 entradas y en 2013, algo más de 3.000, este verano se han contabilizado más de 5.000 personas. Durante los meses de julio y agosto y los fines de semana de septiembre, un total de 4.177 personas han disfrutado de una visita guiada por alguno de los 17 guías voluntarios del monasterio, mientras que más de un millar han escuadriñado sus recovecos y detalles en solitario.
La señalización que la Diputación instaló a finales de julio en la carretera del Valle de Manzanedo y que indica por dónde se sube al monasterio ha podido ayudar a incrementar estas cifras. Pero Rioseco es cada vez más conocido gracias a la difusión que el movimiento Salvemos Rioseco realiza de todas sus actividades y avances.
A partir de ahora también crecerá el conocimiento de este monasterio a nivel europeo, dado que ya forma parte de la Carta Europea de las Abadías y Sitios Cistercienses, una asociación que logró convertir la Ruta de las Abadías Cistercienses en Itinerario Cultural Europeo en el año 2010. Más de 180 templos de once países, ahora también Santa María de Rioseco, pertenecen a este colectivo que busca promocionar su visita y su conocimiento, además de apoyar a sus titulares en la búsqueda de ayudas que hagan posible su restauración.
 
más europeos. Este hecho podría conllevar un aumento de las visitas de ciudadanos europeos de cara a las próximas campañas, dado que Rioseco tendrá su propio espacio en la web de esta asociación e irá apareciendo en su material divulgativo, así como en una revista, entre otros formatos.
Quienes visiten Rioseco verán cada año como avanza en su recuperación, de momento, gracias al voluntariado. El pasado mes de agosto, las 156 personas que participaron en la Semana del Voluntario  afrontaron la limpieza y consolidación del claustro, del que ya se puede observar todo su perímetro, la limpieza de los 800 metros de la traída de agua desde el antiguo manantial hasta el monasterio o la eliminación de muros de relleno en algunos arcos del claustro.