Los enfermos mentales tendrán una segunda vivienda supervisada

I.M.L. / Aranda
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La puesta en marcha de este servicio, que supone una ampliación al que se viene prestando desde 2009, se llevará a cabo gracias al convenio con la Caixa, que aporta 24.000 euros

La presidenta de Fesma, Elena Briongos, y el representante de la Caixa, José Ignacio Arroyo, estamparon sus firmas. - Foto: DB

 
La Asociación de Enfermos Mentales, Feafes Aranda Fesma, tiene más cerca la realización de uno de sus proyectos pendientes. Tras los buenos resultados obtenidos con los usuarios que se vienen beneficiando en la actualidad de la primera vivienda supervisada con la que cuenta, con cuatro plazas, ahora duplicará este servicio con la puesta en marcha de un nuevo piso de características similares, en el que seguir con las actuaciones encaminadas a la mejora de la calidad de vida y la inserción social de los enfermos.
Este paso se va a poder materializar gracias al convenio que ayer se firmaba entre la Caixa y esta asociación, por el que la entidad bancaria pondrá a disposición de Fesma un total de 24.000 euros. «Esta ayuda acelera el proyecto de abrir un nuevo piso, que nosotros ya teníamos en mente, pero con el dinero que da la Caixa nos permite hacerlo antes y tener una seguridad de funcionamiento aunque no se ocupen todas las plazas desde el principio», explica Eva Fernández, coordinadora de la asociación Feafes Aranda Fesma.
Hasta ahora, cuatro personas con enfermedad mental podían vivir de manera supervisada en el primer piso que Fesma puso en marcha, allá por 2009. En este recurso se están obteniendo muy buenos resultados, lo que animó a los responsables de la asociación a multiplicar esta herramienta de inserción social y mejora personas. «La vivienda es un recurso que sirve para que algunas personas tengan un lugar donde vivir, porque puede que no lo tengan o que el que tengan no sea el más adecuado, y otras que lo necesiten a modo temporal para trabajar todo lo que tiene que ver con los hábitos diarios de alimentación, de salud o lo que necesite la persona para encontrarse mejor y poder volver a su domicilio o a otro recurso donde pueda vivir de manera más independiente», aclara la coordinadora de Fesma.
En principio, el proyecto de la segunda vivienda supervisada nace con proyección de futuro, aunque la ayuda por parte de la entidad bancaria tenga tiempo limitado. «El proyecto con la Caixa empieza el 3 de noviembre y tiene una duración de 18 meses pero con el objetivo nuestro de prorrogarlo, y se estima que en ese periodo de tiempo se puedan beneficiar de esta iniciativa entre cuatro y seis personas», apunta Eva Fernández, con lo que «de momento creemos que cubriremos las necesidades que tenemos, pero ya lo iremos viendo más adelante».
La puesta en funcionamiento de las viviendas supervisadas para personas con enfermedad mental es una tendencia que se sigue en toda Castilla y León porque «se está viendo como un recurso muy útil para nuestros usuarios», como puntualiza la coordinadora de Fesma que, además de múltiples servicios, cuenta con un centro especial de empleo.