La colección de Quijotes del Cabildo suma 375 ejemplares en 40 idiomas

A.R. / Burgos
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Nació con la donación entre 1994 y 1995 de 198 ediciones por parte de la viuda de un exempleado del Servicio de Aguas y sigue enriqueciéndose. Los libros se conservan en el Archivo-Biblioteca de la Catedral

La obra cumbre de Cervantes no necesita de aniversarios para potenciar su trascendencia, puesto que ya ocupa un lugar prominente en la historia de la literatura universal. Sin embargo, que en 2015 se celebre el IVcentenario de la segunda parte del Quijote y el hecho de que desde hace meses un equipo de técnicos busque los restos de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid han vuelto a situar en primera línea de la actualidad esta novela.

Pues bien, prueba de su trascendencia está en que la colección de Quijotes que posee el Cabildo Catedralicio -que nació gracias a la donación de 198 ediciones entre 1994 y 1995 por parte de la viuda de Fernando Bedia, que fue empleado del Servicio de Aguas del Ayuntamiento- sigue creciendo. «Ella pidió entonces consejo a Nazario Revilla, canónigo de la Catedral, sobre el destino que podría dar a la colección. Yél se ofreció a que se conservara en el Archivo-Biblioteca de la Catedral. Pensó que sería un buen lugar donde, además, los ejemplares podrían ser consultados por estudiosos y personas interesadas en ellos», recuerda el canónigo archivero, Matías Vicario, quien destaca que años después ha quedado demostrado que aquella decisión fue acertada. Y es que dicha colección, que en 2005 constaba ya de 312 ediciones escritas, se ha ampliado a día de hoy hasta las 375 en unos 40 idiomas diferentes.

Ello ha sido posible gracias a las frecuentes adquisiciones y donaciones de particulares. «El propio Fernando Bedia, en vida, adquiría siempre que podía ediciones en distintos idiomas y también les hacía encargos a sus familiares y amigos cuando viajaban. Así fue conformando su colección», detalla Vicario, quien recuerda que llegó a ver los libros en casa de los donantes y que, posteriormente, se decidió hacer en la Catedral unas estanterías ex professo para albergarlos. Pues bien, esa misma política se ha ido manteniendo.

ÚLTIMAS ADQUISICIONES

Así, entre las últimas obras que se han sumado a la colección figuran algunas adquiridas por  el propio canónigo archivero en ferias del Libro Antiguo; por una de las catalogadoras del Archivo Histórico de la Catedral, Esther Pardiñas, en algunos de sus viajes a Túnez, Líbano, San Petersburgo o Samarkanda;o por una mujer, ya fallecida, que trabajó en la catalogación e informatización del archivo y que se dedicó, junto a su esposo, a escribir a varias editoriales, organismos e instituciones  españolas para hacerse con algunas ediciones especiales. Fruto de estas gestiones, Matías Vicario destaca la obra que les remitieron desde Presidencia del Gobierno durante la etapa del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y cuyo ejemplar fue dedicado por él mismo. Concretamente, es el número 458 de un total de 500 y fue editada por Linteo con motivo del IVcentenario de la publicación del Quijote.

También hay un ejemplar en japonés que fue donado por una profesora burgalesa que da clases en el país nipón, Elena Gallego; y entre las últimas adquisiciones está un libro en gallego, regalado como muestra de agradecimiento el pasado mes de diciembre por los padres de un joven que hizo prácticas durante unos meses en el Archivo  de la Seo burgalesa.

Todos estos volúmenes tienen la suerte de compartir espacio en la Catedral. Un lujo.