La FIFA anunció ayer que permitirá fichar al Barcelona mientras resuelve la apelación presentada por el club a su sanción por la contratación irregular de jugadores menores de edad, según indicó el organismo. La comisión de apelación teme que el caso no esté resuelto antes de la apertura del nuevo período de traspasos el 1 de junio, por lo que decidió atender la petición de la entidad azulgrana de suspender cautelarmente el castigo, que implicaba no poder fichar hasta junio de 2015.

Según el comunicado del ente, el presidente de la comisión, Larry Mussenden, cree que el órgano que dirige «no parece estar en posición de tomar una decisión sobre el fondo de la cuestión en tiempo de garantizar que un eventual recurso del club ante la Corte Arbitral del Deportes (CAS) contra el fallo de esta Comisión pudiera ser decidido antes del inicio del próximo período de inscripción».

«En vista de lo anterior, el presidente garantiza que el recurso se tramitará de la forma correcta y adecuada y que, al mismo tiempo, se respetarán todos los derechos del club», sentenció el organismo.

La sanción incluía una multa de 370.000 euros y, lo más grave y preocupante, la prohibición de fichar este verano y en el próximo mercado de invierno de enero de 2015, con lo que el Barcelona se iba a quedar sin nuevas incorporaciones hasta el verano de 2015.

No obstante, la entidad anunció que iba a defender sus intereses hasta el final. Con la famosa frase de «La Masía no se toca» que pronunció el presidente Josep María Bartomeu, la entidad recurrió el castigo y anunció que, de hacer falta, irían hasta el último estamento para defender el modelo de su cantera. Además, esgrimieron que, por lo menos, pugnarían por obtener una medida cautelar a la sanción que les permitiera fichar, y es lo que brindó la FIFA al club.

Nada más conocer la decisión, el Barcelona valoró la suspensión cautelar de la sanción y se felicitó por la posibilidad de poder incorporar a nuevos jugadores, pero sin hacer alusión al recurso en marcha ni a la decisión que tomó en su día el organismo mundial.

Con este «efecto suspensivo», se abre el ‘coto de caza’ para el Barça, que podrá ir al mercado de este verano para llevar a cabo la pequeña revolución de la plantilla de la que se habla en los medios.

Y es que, a falta de que se decida la Liga, esta temporada ha evidenciado un cansancio del vestuario, quizá un apoltronamiento de las ‘vacas sagradas’ que ha llevado al equipo a decir adiós a la Champions y a perder la final de la Copa ante el eterno rival.

Malas noticias. A principios de temporada, la recaída de Tito Vilanova en su enfermedad obligó a la contratación express de un nuevo técnico y el ‘Tata’ Martino aterrizó cargado de ilusión. No obstante, el club solo fichó a Neymar, y ambos no han sido suficiente para renovar un bloque que, pese a la Liga de los 100 puntos, ya dio síntomas de estar llegando a un posible final de ciclo.

Además, el adiós de Valdés, que ya antes de su grave lesión de rodilla confirmó que iba a dejar la portería, o el anunció del capitán Carles Puyol de abandonar también el timón de la nave ‘culé’, obligaba al Barcelona a fichar cuanto menos un portero y uno o dos centrales de garantía.

La sanción de la FIFA ponía al club en riesgo, pues de ser firme no se podía llevar a cabo ni esta sustitución de mínimos, cuando en realidad la renovación del equipo debía ir incluso más allá. El no poder inscribir jugadores ponía en duda la situación de los cedidos, como Bojan, Deulofeu o Rafinha, que, en principio, sí podrían regresar al equipo al ser ya propiedad del Barça, pero no iba a llegar ningún refuerzo de fuera.

Ahora el panorama cambia y Andoni Zubizarreta, en su papel de director deportivo, debe llevar a cabo tal revolución. Tendrá que encontrar las piezas que encajen en la base actual para mejorarla y darle hambre de títulos de nuevo. Se abre el período de rumores, fichajes, y también el de salidas.