Antonio Giménez-Rico tira la toalla. Después de llamar a muchas puertas, de que hayan ido falleciendo guionistas (Rafael Azcona), productores (Juan Luis Galiardo) y actores dispuestos a interpretar los principales papeles (Alfredo Landa; Juanito Navarro, que iba a encarnar a don Cosme, o Jordi Dauder, como el general Batet), de tener el título (Conspiración en la Catedral) y de discutir con la Iglesia para las localizaciones, el director de cine burgalés se ha visto abocado a descartar definitivamente la adaptación a la gran pantalla de la novela de Óscar Esquivias Inquietud en el Paraíso. El cineasta lleva desde finales de 2006 trabajando en este proyecto al que acaban de dar carpetazo.
«Cuando me dijeron que Televisión Española se caía de la coproducción tuve claro que ya no se iba a poder realizar ni a corto ni a largo plazo. Sin ese apoyo es inviable hacer esta película que, por otro lado, tenía muchísimas ganas de emprender», se lamentaba ayer el director. De la negativa de Televisión Española a participar en una financiación para la que, en mayo del año pasado, se mostraba «muy interesada», poco más puede decir el director de El disputado voto del señor Cayo, Las ratas o Jarrapellejos.
Pero según ha podido saber este periódico, el ente público no estaría interesado en financiar la película de Giménez-Rico porque ha decidido no apoyar más proyectos vinculados a la Guerra Civil o la Memoria Histórica. E Inquietud en el Paraíso, aunque sea una novela que cuente la búsqueda que emprende don Cosme en la Catedral de la puerta que conduce al Purgatorio, está ambientada en el Burgos de los días previos a la sublevación militar de 1936.
Pese a todas las dificultades que Antonio Giménez-Rico (Burgos, 1938) ha encontrado para llevar a cabo este proyecto, nunca hasta ahora había descartado su ejecución. El autor de la novela en la que está inspirado el filme, Óscar Esquivias, también confiaba en que pudiera materializarse. Yen la conferencia que ofreció el 7 de marzo en el Museo de la Evolución Humana se refería al director y a la película en estos términos: «Me ha demostrado que no era un proyecto más, sino una especie de testamento, una obra de envergadura sobre su ciudad. Su empeño genuino me enternece», confesaba.