Las piedras del muro de la Isla se caen a los cuatro años de su reforma

C.M. / Burgos
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Se han desprendido en varios tramos • La empresa RFS, que subcontrató los trabajos en 2010, se compromete a su restauración

La rehabilitación del paseo de la Isla en la anterior legislatura cosechó cientos de críticas por su elevado coste, 3,8 millones de euros, y también porque el resultado no gustó a casi nadie. Pues bien, cuatro años después el muro que rodea al río (malecón), que era de hormigón y fue sustituido por piedra de sillería para dar continuidad a la construcción más noble, se cae a cachos en muchos de sus tramos y tendrá que ser objeto de una nueva intervención.
La adjudicataria de la reforma, RFS, subcontrató estos trabajos con otra empresa y no han dado el resultado esperado como puede observarse con un simple paseo por la zona. Las piedras se han caído al suelo y se han hecho añicos. Según explicó el concejal de Fomento, Ángel Ibáñez, RFS asume el problema y procederá a su reparación a la mayor brevedad posible. En este sentido, añadió que está buscando una empresa solvente que ejecute estos trabajos y a lo largo de esta semana o la que vienes podría comenzar la reparación. 
La reforma del emblemático parque de la Isla se inició el 15 de noviembre de 2010 y se reabrió a los paseantes el 14 de mayo de 2011, a las puertas de los comicios municipales y sin rematar del todo. La actuación abarcó 67.500 metros cuadrados, de los que 20.500 corresponden a zonas verdes, desde el puente de Castilla hasta el de Malatos.
Se remodelaron los pavimentos, se pintó el carril bici, se renovó toda la red de alumbrado del paseo central y junto al río y la de abastecimiento, así como además se mejoraron los accesos al río. También se instalaron nuevos elementos del mobiliario urbano, y se renovó la zona de juegos infantiles con un área integrada en la naturaleza. Las intervención se completó con una limpieza de los Arcos de Castilfalé y de la portada de Nuestra Señora de La Llana de Cerezo de Río Tirón y los capiteles del jardín de Cervantes. Finalmente se plantaron 6.000 nuevas plantas en más de 6.000 parterres.
La intervención llegó a suscitar una manifestación de protesta y se creó una asociación en defensa del parque. A ello se añade que se tuvo que modificar el proyecto porque la Confederación Hidrográfica del Duero vetó la construcción de los llamados muelles de pescadores para evitar riesgos subsidiarios de las crecidas de caudal y de los miradores previstos.