El madero contra el que Teo declaró que mató a Txetxu tenía una gota de sangre

I. Elices / Burgos
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Criminalística halló hemoglobina humana en el vano de la puerta de la casa de Berrandulez donde se cometió el crimen. Otras cuatro muestras tomadas allí dieron positivo y coincidían con el perfil de ADN de la víctima

José Ángel Braceras y su hermano Doroteo, ayer, en la sexta jornada del juicio que la Audiencia celebra contra ellos. - Foto: Luis López Araico

 
El abogado de los hermanos Braceras se juega el futuro de sus defendidos a dos cartas. La primera, la de demostrar al jurado que José Ángel -el menor- no tuvo nada que ver en la muerte del letrado vizcaíno José Javier Ezquerra el 14 de febrero de 2012 en el Valle de Mena. Y la segunda, que para matar a ‘Txetxu’ Doroteo no utilizó ninguna azada ni ningún hacha, sino que murió por los golpes que le propinó -según su confesión- contra el travesaño de una puerta en Berrandulez. Es la diferencia que habría entre ser culpable de asesinato (20 años de cárcel ) o de un delito homicidio imprudente en concurso con lesiones (unos 10 años de prisión).
Ayer prestaron testimonio en la Audiencia funcionarios de los laboratorios de criminalística que analizaron todas las evidencias halladas en el inmueble de Berrandulez donde Teo asegura que mató a Ezquerra, tesis que comparte la acusación particular pero no la Fiscalía. Especial importancia tenía conocer si la traviesa contra la que el mayor de los Braceras golpeó la cabeza de ‘Txetxu’ conservaba vestigios de sangre. Los expertos biólogos declararon que una mancha hallada en esa pieza dio positivo en hemoglobina humana, si bien esa muestra presentaba impurezas que impidieron efectuar su análisis genético, con lo que no se pudo determinar si coincidía con el perfil de ADNde la víctima.
En esa estancia situada en la finca de Berrandulez fueron encontrados más restos orgánicos, en las paredes. De allí la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil recogió varias muestras -pequeñas manchas en forma de salpicaduras-, de las cuales dos arrojaron resultados coincidentes con el ADN de Ezquerra y otras dos dieron positivo en sangre humana. Con esta información, la defensa tiene claro que fue en ese inmueble donde se produjo en crimen y no en una ubicación cercana a la casa de José Ángel, tal como sostiene el Ministerio Público.
Pero los restos hallados no contribuyen a despejar las dudas de si  a Ezquerra lo mataron golpeando su cabeza repetidamente contra el vano de la puerta o si lo hicieron con un hacha o una azada. Ese travesaño, efectivamente, dio positivo en hemoglobina humana, pero   la cantidad hallada allí fue «muy pequeñita», en palabras del agente que obtuvo las muestras y que luego serían enviadas a los laboratorios de criminalística. ¿Por qué había tan escasos restos de sangre en el lugar donde Teo supuestamente «machacó» -en propias palabras del acusado- el cráneo del abogado vasco? Ya lo avanzó el imputado el primer día de la vista oral, cuando aseguró que en los días posteriores a los hechos trató de borrar todas las huellas. En el caso de dicho madero, lo limpió, afirmó, con un «líquido abrasivo» y así se lo hizo saber también a los guardias civiles que lo acompañaron en junio de 2012 en la reconstrucción del crimen.
 
ni por debajo. El laboratorio de química recibió esa traviesa para practicarle un estudio que determinara si le fueron aplicados productos cáusticos para su saneamiento. Pero no practicaron el análisis «debido a que el agua oxigenada a la intemperie pierde el oxígeno y no es factible». El agente de la Benemérita que observó en el lugar dicho madero señaló que le aplicó la luz fluorescente y no halló en su superficie cambios de color. También subrayó que revisó la parte de abajo de la traviesa, «donde suelen quedar restos de sangre si alguien hubiera limpiado la pieza, y no apareció nada».
Fue el mismo abogado defensor el que preguntó al guardia civil a qué podía obedecer el hecho de que en el lugar del crimen aparecieran tan pocos restos biológicos de la víctima. Le inquirió si podía deberse a que el lugar fue sometido «a una limpieza exhaustiva». Y contestó que sí, que era posible. Yes que las acusaciones, durante sus interrogatorios, expresaron su extrañeza por que de allí se obtuvieran tan escasas evidencias. El letrado de los acusados lo atribuye a la labor de destrucción de pruebas que efectuó Doroteo en los días posteriores al crimen. De hecho, durante su declaración inicial el pasado lunes 22 aseguró que había llevado vacas a aquella casa  para corromper la escena.
El juicio continuará hoy en la Audiencia Provincial con testigos que durante las pasadas 5 jornadas no han podido declarar. Y mañana acudirán los forenses que practicaron la autopsia, los cuáles tendrán mucho que decir sobre la naturaleza de las heridas de la víctima y sobre los instrumentos que se emplearon para infligirlas.