El dinero del Consorcio atrae a Air Nostrum tras repudiar a Villafría

Á.M. / Burgos
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En estudio. A la convocatoria han acudido 3 compañías (la filial de Iberia, León Air y Melilla Airlines) y 2 agencias (Marsol y Azul Marino)

Las ofertas que ha recibido el Consorcio para la promoción de Villafría en respuesta a su llamada para establecer una programación de vuelos a lo largo de todo el año demuestran dos cosas. La primera, que la competencia es cada vez mayor en el sector. La segunda, que el puente aéreo con Barcelona puede seguir existiendo.
Cerrado el plazo de la eufemísticamente llamada «convocatoria de ayudas» de 2015, que en realidad es la búsqueda de un acuerdo con un operador que, a cambio del dinero del Consorcio, oferte la mayor cantidad de vuelos posible, han sido cinco las propuestas que han llegado hasta la mesa del ente. Lo habitual en años anteriores fue que únicamente llegara una oferta, dos a lo sumo. E incluso se tuvieron que apoyar proyectos empresariales ensamblados ad hoc para operar desde Villafría.
En esta ocasión, el primero en llegar fue Air Nostrum. Tiene su miga que la filial de Iberia muestre su deseo de operar desde Burgos. La tiene porque desde el Consorcio han estado meses, cuando no años, ‘persiguiendo’ a la compañía para tratar de renegociar, por ejemplo, los horarios del puente con Barcelona. Pero por entonces Air Nostrum tenía garantizado el dinero de la Junta y no parecía tener demasiado interés. 
El mismo que tuvo por Burgos cuando, en los años anteriores, mermó sensiblemente su presencia en Villafría mientras multiplicaba rutas desde Valladolid o León. Y, sobre todo, la tiene porque Air Nostrum anunció que abolía la conexión con la capital catalana tan rápido como supo que se quedaría sin subvenciones de la Junta, pero al mismo tiempo anunció que sí seguiría operando diferentes conexiones desde Valladolid, León e incluso Salamanca.
Las otras cuatro ofertas provienen de León Air, la compañía de capital leonés creada para operar con el aeropuerto de la Virgen del Camino como base. También ha acudido a la llamada Melilla Airlines. En este caso se trata de la firma comercial que opera con los aviones de Aeronova, que sí es una compañía oficial y que tiene la base de mantenimiento en Villafría. No es difícil deducir que está especializada en conectar la ciudad de Melilla con la península, y más en concreto con Málaga.
A esas tres compañías hay que sumar la puja de dos operadores turísticos. Uno es Marsol, que lleva años ofertando paquetes vacacionales aprovechando la organización de vuelos chárter desde Villafría. De hecho, Marsol incorporó a su plantilla al gerente de Burgos Travel, empresa que firmó la oferta de vuelos de 2014, con la finalidad de asumir su cartera de Expansión. El otro es la agencia vasca Azul Marino, especializada en la venta de viajes y rutas internacionales.
 
Recursos limitados.
Las cinco propuestas coinciden en proponer al Consorcio la continuidad de la conexión regular con Barcelona, circunstancia que pasó a ser prioritaria para los rectores del ente cuando Air Nostrum anunció que el 4 de mayo dejará de operarla tras el cierre del grifo de la Junta del que bebía subvenciones. La posibilidad que se plantea es la de operar ese vuelo entre 3 y 5 días a la semana, pero sabiendo que cualquier opción que se seleccione irá en contra de los vuelos vacacionales de verano. 
El dinero del Consorcio es finito y el coste de las operativas (conexiones) se calcula por cada rotación (ida y vuelta a un destino concreto), de forma que cuantas más conexiones se establezcan con un destino, más dinero habrá que destinar a esa la ruta en detrimento del resto. De ahí que la necesidad de salvar Barcelona vaya a impactar sobre el número de destinos estivales.
Otra variable que deben despejar en el Consorcio es el presupuesto con el que realmente cuentan. La aportación del Ayuntamiento y la Diputación en 2015 suma 300.000 euros, pero existe un remanente de más de 200.000 euros proveniente del dinero que la Junta pagó tarde en años anteriores en los que todavía formaba parte del organismo promocional.
El problema reside en que la normativa impide utilizar el remanente salvo que se destine a ejecutar inversiones, algo que el Consorcio ni hace ni va a hacer. No obstante, en León este año contarán con un presupuesto superior al millón de euros valiéndose del remanente de ejercicios anteriores, así que la intención de Burgos es contactar con León para saber cómo se ha salvado este obstáculo jurídico.
Con lo que nadie, o casi nadie, cuenta es con el apoyo de la Junta, que ha dejado muy claro que se borra de la guerra de los aeropuertos y que no subvencionará más viajes. A pesar de todo, el alcalde, Javier Lacalle, que es también el presidente del Consorcio, señaló en una reciente entrevista con este periódico que confía en que esa colaboración se produzca, y la fiaba a las conversaciones mantenidas con el consejero. Ese consejero es el de Fomento, Antonio Silván, que coincide que será el candidato del PP a la Alcaldía de León, así que no parece que su palabra, al menos en este caso, vaya a servir de mucho.