El poder de las ondas

SPC-Agencias
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La conmemoración ayer del Día Mundial de la Radio quiere hacer reflexionar, en su quinta edición, acerca del papel determinante y único que ésta desempeña ante situaciones límite como las catástrofes naturales

La radio es un medio de comunicación que estimula la imaginación y acorta las distancias entre las personas. Pero también es una poderosa herramienta que puede resultar clave en determinadas situaciones de emergencia y desastres naturales, al permitir a los trabajadores humanitarios y servicios de socorro proteger y amparar a los afectados.

Así lo recordaba el secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, hace solo unos días, en un mensaje emitido con motivo del V Día Mundial de la Radio. Una fecha, conmemorada ayer, que fue elegida por su enorme significado simbólico, pues se corresponde con la fundación de Radio ONU, en 1946.

Ese año, el organismo inauguró su señal en las ondas con una frase que hoy podría tomarse como una declaración de intenciones: «Esto es Naciones Unidas llamando a todos los pueblos del mundo». En la actualidad, la radio cuenta con una programación compuesta por más de 1.200 programas documentales y noticias en 11 idiomas.

Bajo el lema La radio en tiempos de desastre y emergencia, la presente edición del día mundial del medio ha querido subrayar el papel «enormemente significativo» que esta desempeña ante situaciones límite, poniendo especial empeño en aquellas iniciativas positivas que reúnen a emisoras públicas, privadas y comunitarias con diferentes entidades humanitarias.

Para lograrlo, las oficinas de la Unesco sobre el terreno y otros colaboradores del organismo desarrollaron cientos de actividades en todo el mundo, destacando las lideradas por France Médias Monde -mediante la emisora pública Radio Francia Internacional y la emisora en árabe Monte Carlo Doualiya, MCD- y el proveedor web de radios Saooti.com.

Todas la iniciativas giraron en torno a la utilidad del medio en las situaciones inmediatamente posteriores a las grandes catástrofes naturales, así como en tiempos de prevención y recuperación de estas. Un claro ejemplo de su utilidad es que la radio emite alertas de tsunami en Japón o Chile, mensajes sobre cómo evitar la transmisión del virus del ébola en Liberia o el contagio del zika en Brasil.

Y es que, este medio de comunicación -accesible, disponible, con coberturas y reportajes en vivo y capacidad de involucrar a la audiencia- desempeña un papel clave en la prevención y mitigación de los desastres y, así como en la reducción de sus consecuencias sobre la población.

«En las ruinas y ante una emergencia, la radio suele ser el primer medio de supervivencia. Su permanencia constituye una ventaja incomparable ya que, a menudo, permite resistir las crisis mejor y con más rapidez que otros, y transmitir mensajes de protección y prevención a una audiencia numerosa, salvando así vidas», explica la directora general de la Unesco, Irina Bokova.

Y todo parece indicar que seguirá desempeñando ese papel, ya que el mundo enfrenta un número creciente de catástrofes que afectan cada vez a más personas, tales como inundaciones, erupciones volcánicas, accidentes de contaminación masiva o nuclear, y epidemias, según advirtió recientemente el Informe Mundial sobre Desastres 2015, publicado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Libertad de expresión.

Al igual que la radio resulta determinante en algunas situaciones límite, las catástrofes humanitarias pueden plantear también serias amenazas a la libertad de expresión e información. Así lo denuncia la Unesco, destacando el hecho de que los propios periodistas, técnicos o reporteros pueden resultar afectados por los terremotos, tsunamis u otros fenómenos en el desempeño de su labor. Por otra parte, la respuesta a un desastre puede afectar de manera negativa a la independencia, el pluralismo y la libertad de expresión de los medios, en general, y de la radio, en particular.

El poder de las ondas reposa, igualmente, en los periodistas, que se encuentran entre los primeros en acudir al lugar de los hechos para dar testimonio y hacer oír la voz de los agentes y las víctimas, a fin de fomentar la sensibilización y la movilización, esenciales para la acción humanitaria eficaz.

«Los locutores desempeñan una función decisiva al presentar la realidad y evitar el sensacionalismo o la instrumentalización del debate público. Por este motivo, el derecho a estar informado y la seguridad de los periodistas tendrían que protegerse por todos los medios», destaca Bokova.

En este sentido, los Estados «deberían trabajar sin descanso para garantizar que, en el momento en que surja una crisis, las leyes que restringen la libertad de expresión ya hayan sido derogadas, para que así los ciudadanos estén plenamente informados», asevera la directora de la Unesco.

Además, según el organismo, el acceso de los comunicadores a los lugares afectados por emergencias y desastres es vital para que puedan retransmitir libremente las noticias más recientes.

«El Día Mundial de la Radio es un buen momento para pedir a las autoridades y los agentes del desarrollo y la acción humanitaria que refuercen los lazos entre este medio y la respuesta de emergencia, de modo que la voz de los hombres y las mujeres, víctimas, socorristas y periodistas, que escuchamos en esos instantes a través del transistor, el teléfono móvil o el ordenador, sea el sonido de la vida y la esperanza», sentencia Bokova.