Inquietante montaña rusa

S. Ibañez (SPC)
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Las Bolsas de las principales plazas europeas viven la situación más virulenta de los últimos meses. En lo que va del año, el Ibex va perdiendo un 17%

Como si fueran a bordo de una montaña rusa, los inversores temen la fuerza y el vértigo del último zarpazo de la Gran Recesión y lo expresan deshaciendo posiciones en los mercados, trasladando su dinero a activos más seguros, como el oro o los bonos alemanes. La consecuencia de este movimiento es la sacudida bursátil más virulenta del los últimos meses, solo superada por la debacle del finales de agosto, cuando los principales valores en Bolsa se desplomaron un 5%.

El pánico a una nueva crisis mundial acecha desde mediados de 2015. Esa inquietud se ha acentuado. De hecho, los temores sobre el sector financiero europeo,- desde la banca italiana a la griega pasando por el alemán Deutsche Bank-, provocaron la pasada semana que las principales plazas del Viejo Continente, excepto el miércoles y el viernes, registraran sus peores jornadas en seis meses. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones cerró también con caídas.

Desde que comenzó enero, pese a que algunos economistas vaticinaban que en 2016 España dejaría de ser golpeada definitivamente por la crisis, el parqué madrileño no ha levantado cabeza y esto se debe, principalmente, a tres factores: el gran peso de la banca en el índice, los intereses de las empresas que lo conforman en Latinoamérica, especialmente en Brasil, y de manera notable, la incertidumbre política, que paraliza la inversión extranjera a expensas de conocer el futuro Gobierno del país, mientras las previsiones de crecimiento económico mundial últimamente se revisan a la baja,

En un escenario favorecedor para la economía nacional, con tipos de interés bajos, el barril de petróleo en torno a los 30 dólares y con el euro depreciándose sobre el dólar, el Ibex no deja de sumar jornadas en rojo hasta alcanzar mínimos de 2013. De hecho, desde enero, el índice ha perdido un 17%, con retrocesos más pronunciados que los de sus homólogos europeos, algo que el departamento de análisis de Banca March atribuye la volatilidad de las Bolsas, a las dudas sobre la economía mundial, con un menor crecimiento en China y a una posible devaluación adicional de su divisa, a la incertidumbre sobre la política de los tipos de interés en Estados Unidos y a los bajos precios de las materias primas.

Riesgo adicional. Según los expertos, este último punto ha añadido un elemento de riesgo adicional a los balances y cuentas de resultados de las entidades financieras.

Si lo que defienden los expertos es que el primer mes del año define la tendencia anual de la Bolsa en un 70% de las ocasiones desde 1995 -es lo que se conoce como la pauta estacional-, ante el convencimiento de que el resultado de pérdidas o ganancias de los primeros 30 días anticipará el balance del ejercicio, el diagnóstico resulta muy negativo. Si se tiene en cuenta que el Ibex terminó 2015 con una pérdida anual del 7,1%, las mayor de Europa, y se le suma el 17% en lo que va de 2016, se le añade más sal a la herida al contabilizar un retroceso de más de un 24%.

Aunque el PIB español creció en 2015 más que la mayoría de las economías comparables, no tuvo reflejo en el parqué madrileño, debido, fundamentalmente, al comportamiento negativo de la banca y al balance de las economías latinoamericanas donde los grupos del Ibex generan casi el 25% de sus ingresos totales.

Ante la cambiante situación, Banca March recomienda mantener las posiciones mientras dure la volatilidad, pero desaconseja sobreexponer las carteras en busca de posibles correcciones al alza en el corto plazo, tanto en los niveles de exposición global como en posibles compras especulativas en los sectores más castigados.

Pese a que la Bolsa nacional acumula pérdidas de más de 100.000 millones de euros en lo que va de año, el 10% del PIB, el titular de Finanzas en funciones, Luis de Guindos, atribuyó la caída de los últimos días a movimientos «bruscos» de aversión al riesgo y pidió evitar «alarmismos».

El ministro afirmó que será «difícil» que el crecimiento se sitúe por debajo del 3% este ejercicio, al tiempo que negó que la incertidumbre política por la falta de Gobierno esté afectando a la actividad económica en el país.