Julián Santamaría aparece en Bilbao ingresado en un hospital

Angélica González / Burgos
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El centro sanitario de Basurto pidió el viernes su traslado a Burgos y afirma que la solicitud fue rechazada. El director del HUBU dice que se gestionará a partir de mañana

El pasado 14 de agosto una lectora fotografió a Julián frente a la Audiencia. - Foto: Mabel Bez

Mientras en la tarde del pasado viernes todo el mundo en Burgos penaba por la suerte que hubiera podido correr Julián Santamaría, la Policía lo buscaba sin parar temiéndose lo peor y las redes sociales ardían compartiendo la noticia de su desaparición, en el Hospital Universitario ya sabían qué había sido de él. El director del Complejo, Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, ha reconocido que hacia la una de la tarde se recibió una llamada del Hospital de Basurto pidiendo el traslado a Burgos del anciano, que había aparecido en Urgencias del centro sanitario bilbaíno y dada su situación había sido hospitalizado en el servicio de Cardiología. Según Basurto la solicitud fue denegada desde el HUBU. Ortiz de Valdivielso añadió que hasta mañana no comenzarán a desarrollarse los trámites para llevar a cabo el cambio de hospital y que cuando el paciente esté aquí se decidirá si necesita atención sanitaria o si son los servicios sociales los que tienen que ocuparse de él.

Y en tanto todas estas gestiones se solventan, Julián, archiconocido en la ciudad por su vestimenta (siempre con abrigo sea cual sea la temperatura) y su costumbre de andar buscando colillas, sigue ingresado y los facultativos están pendientes de su evolución. Al parecer, padece una afonía crónica que le impide expresarse con normalidad y se encuentra muy desorientado, por lo que será sometido también a  una revisión psiquiátrica por si pudiera padecer algún tipo de demencia, algo que ya se temen los vecinos de la pensión donde vive, en el barrio de San Pedro de la Fuente, que ayer contaron a este periódico que uno o dos días antes de desaparecer le habían visto en condiciones bastante peores que en otras ocasiones.

Bilbao es una ciudad que Julián Santamaría no desconoce. Al parecer, en alguna época de su vida trabajó allí y ahora, de vez en cuando, no era infrecuente que cogiera un autobús para pasar algún tiempo en la capital vizcaína donde sabe manejarse entre sus calles. Lo que se ignora hasta el momento es cómo llegó o quién le llevó hasta las urgencias del Hospital de Basurto o si fue él mismo quien lo hizo al sentirse mal.

Fuentes policiales indicaron que desde que se tuvo conocimiento de la desaparición del anciano se recibieron muchas llamadas de ciudadanos con la intención de ayudar. De hecho, una de ellas ofreció la pista definitiva para saber qué había sido de él. Julián Santamaría, a tenor de lo ocurrido, cuenta con el afecto de sus  paisanos a pesar de -o quizás por ello- su singular estilo de vida.

Hace ya muchas décadas que su presencia no sorprende a los transeúntes de las calles del centro. En varios bares le conocen y nunca le niegan un café y él pasa en estos establecimientos las tardes de invierno en las que más aprieta el frío. Y cuando era más joven llenaba decenas de servilletas de papel con dibujos esquemáticos de muebles.