Lilian Tintori es un rostro conocido en Venezuela desde hace años. Campeona nacional de Kitesurf en 2007, ha sido presentadora de televisión y locutora de radio en numerosos programas y cadenas. Sin embargo, desde 2014, su imagen ha traspasado fronteras y se ha convertido en uno de los símbolos de la oposición al Gobierno de Caracas. Fue cuando su vida dio un giro de 180 grados: aquel 18 de febrero, su marido, Leopoldo López, líder del partido socialdemócrata Voluntad Popular, se entregó a la Guardia Nacional Bolivariana tras ser acusado de «instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir» y fue encarcelado.

Desde entonces, Tintori cambió su papel de embajadora en asociaciones sin ánimo de lucro y se convirtió en una de las mayores activistas opositoras, ejerciendo de portavoz de su esposo, del que lleva casi dos años reclamando su libertad en una lucha sin cuartel.

En este tiempo, se ha unido a dirigentes antichavistas como Henrique Capriles y María Corina Machado en manifestaciones contra la reclusión de los denominados presos políticos, ha viajado a España, Argentina, Brasil o Chile para reunirse con sus dirigentes y pedir apoyo para que su marido salga de prisión y ha mantenido encuentros con expresidentes latinoamericanos y con el secretario de Estado de EEUU para darle a conocer la situación de López.

Desde el pasado diciembre, con la victoria de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) en las parlamentarias, esta batalla se acerca más a un final feliz para Tintori, quien, sin presentarse a las urnas, se erigió como una de las caras más representativas de la alianza opositora y, casi, en una de sus principales líderes.

Uno de los principales objetivos de la nueva Asamblea Nacional es la aprobación de una ley de amnistía que ponga en libertad a los más de 70 presos políticos que existen en Venezuela y de los que López se ha convertido en estandarte. También se encuentra en ese listado el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma o el exregidor de San Diego Enzo Scarano, entre otros muchos dirigentes que permanecen en la cárcel por formar parte de la conocida como Operación Jericó, que el Gobierno considera como un intento de golpe de Estado contra Maduro y que se vio plasmado en las masivas protestas de febrero de 2014.

Hace unos días, los antichavistas hicieron valer su mayoría en el Parlamento y dieron paso al debate sobre la nueva legislación, que excarcelaría a decenas de prisioneros que, como denunció el fiscal del caso contra López, fueron juzgados con pruebas falsas impuestas desde el Ejecutivo.

La lucha de Lilian Tintori podría, por fin, después de dos años, terminar con su marido a su lado.